Naturalmente Manuel Neuer prefiere dirigir a sus defensas desde el área, que todos los automatismos encajen y que los rivales no generen peligro. Pero hay partidos como el de ayer ante el Ingolstadt, en los que pese a la victoria, el guardameta se ve forzado a dejar su sello. "Tuvimos un par de problemas. Pude mostrar que sigo en forma“, comentó Neuer a posterori sonriendo.
Y eso que a los 8 minutos el Ingolstadt se adelantó con algo de mala suerte para el portero del Bayern ("El balón se resbaló de alguna manera“). Sin embargo, en la segunda mitad, Neuer demostró que es "el mejor cancerbero del mundo“, tal como Carlo Ancelotti describió una vez más en la rueda de prensa pospartido. En el recuerdo quedará la parada a Mathew Leckie (53´).
"Fue importante en esa fase, Leckie tenía el balón en el pie. Sabía que tenía que hacerlo dudar y me quedé de pie bastante tiempo. Y luego se trata solo de reflejos“, Curiosamente estuvo entrenando especificamente los reflejos durante la semana con Toni Tapalovic. "Ha servido para algo“, reconoció Neuer. Aún así, el portero de 30 años espera no tener que actuar tanto durante los próximos compromisos.
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