




La alegría le sigue adónde va. A la banda donde comenzó a calentar poco después del descanso, al minuto 81 cuando entró en el partido como suplente, a las cercanías de la grada a la que se acercó a aplaudir tras la victoria 3-1 sobre el Augsburg - los hinchas vitoreaban a su Holger Badstuber. Y había un buen motivo para ello: tras 259 días, el defensa central pudo celebrar su muy esperado regreso.
"Es emoción pura. Disfruté mucho de un recibimiento así" dijo un "muy feliz" Badstuber tras el pitido final, "el ambiente le empapa a uno. Llega hasta adentro. Me toca la fibra sensible. Lo que los hinchas transmiten te deja sin respiración. Estoy muy agradecido por ello." El último partido oficial que Badstuber pudo jugar tuvo lugar el 10 de febrero (victoria 0-3 en Bochum en Copa DFB), tras lo que una fractura en el tobillo le llevó a una nueva baja por lesión.
"Badstuber está muy feliz. Merece ese apoyo de los hinchas. Todos se alegran por él, porque todos saben lo duro que ha trabajado para su regreso" se congratulaba Carlo Ancelotti sobre su defensor, que con su "experiencia y calidad" reforzó el equipo. "Siempre lucha como un loco. Se lo ha merecido. Espero que ahora pueda estar mucho tiempo sin lesionarse" dijo Karl-Heinz Rummenigge.
Algo que también suscribía el propio Badstuber, que también espera estar en forma largo rato. "Me siento realmente bien. Pero también tengo que escuchar las señales de mi cuerpo y trabajar duro" sabe el de 27 años, que nota cierto déficit en la concepción especial y temporal. "Ya funciona en cierta medida. Hace tres semanas que entreno con el equipo, pero los partidos son algo distinto."
Badstuber comenzó la maldición de sus lesiones en diciembre de 2012. Pero ésta debería haber terminado ya, como decía el internacional con una sonrisa: "Hoy ha sido mi último regreso, he terminado esta racha."
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