
Las temperaturas en Múnich descendieron esta mañana hasta dos dígitos bajo cero y, como es más que entendible, Phillip Lahm y cía. saltaron al campo de entrenamiento completamente cubiertos por gorros, guantes y chaquetas térmicas. Tan solo Arjen Robben entrenó con la cabeza descubierta.
El holandés llega con muchas ganas al reinicio liguero. "La motivación es enorme", aseguró el dorsal número 10 del Bayern sobre el choque de este viernes contra el Friburgo. "El entrenamiento está bien, pero al final todos queremos jugar. Tuvimos una concentración invernal buena y en Múnich también hemos completado unas sesiones óptimas. Todo es positivo y podemos empezar de nuevo".
Robben ha podido trabajar con el grupo tras las Navidades aunque se perdió la Telekom Cup del pasado sábado debido a un enfriamiento. "Es una pena, me sentía muy bien y de repente tuve fiebre".
No le preocupa la edad
"Esta semana he entrenado con normalidad y no veo ningún problema de cara al viernes", explicó el extremo del Bayern. Robben lo da todo sobre el césped y nadie percibe que sea uno de los más veteranos de la plantilla. Este lunes, Arjen cumplirá 33 años.
"Uno es tan viejo como se sienta, yo me siento muy bien", subrayó "Mr. Wembley", quien, por cierto, amplió su vinculación con el Bayern por un año más (hasta el 2018). "No me presiono especialmente por mi edad. Por supuesto sé que la mayor parte de mi carrera ya ha pasado, pero dispongo aún de un par de años y quiero disfrutarlos".
Sobre todo con títulos. "Lo intentaremos, disponemos de opciones y contamos con una gran plantilla". El primer paso toca darlo este viernes en Friburgo con una victoria. Robben, sin embargo, no guarda un buen recuerdo del estadio en Breisgau, pues aún no ha logrado marcar allí. Según lo visto en los entrenamientos esta semana, este viernes esa sequía podría llegar a su fin.