Karl-Heinz Rummenigge, Uli Hoeneß, Gerd Müller, Franz Beckenbauer... y desde el lunes, Philipp Lahm. El aún capitán del Bayern de Múnich descubrió en el Erlebniswelt su estrella del Paseo de la Fama. "Es un gran honor estar en este espacio entre estas enormes personalidades del Bayern de Múnich" se alegraba Lahm, que colocó antes la ensaladera de campeón de Bundesliga en la vitrina.
"Philipp se lo merece" se alegraba también Karl-Heinz Rummenigge, "estuvo 22 años en el Bayern y ha completado una extraordinaria carrera. No sólo ha sido un estupendo jugador, sino también un estupendo capitán para nosotros." Junto con su estrella, Lahm recibió de Rummenigge y del presidente Uli Hoeneß, la ya casi tradicional chaqueta regional, la que llevaron las leyendas del club en el día de la última jornada.
"Algo muy especial"
"Sencillamente no hay mejor candidato para el Paseo de la Fama" decía Hoeneß, orgulloso también del campeón del mundo. "Philipp es un maravilloso ejemplo la solera y la tradición que se esconden en este club. Nació en Múnich, jugó aquí en su juventud y pasó por todas las etapas por las que se puede pasar en el Bayern de Múnich." Lahm se mostró emocionado: "Estoy desde 1995 en el club, me ha dado tanto. Para mí es algo muy especial estar aquí inmortalizado."
Tras los festejos del título liguero, la fiesta de despedida y los honores, a Lahm le espera por fin un poco de descanso. El capitán quiere "poner un poco de distancia" y dejar que corra el aire. Su hijo de cinco años le mantendrá muy ocupado, contaba Lahm, además de lo que también quiere "jugar al golf y al tenis. Lo tengo un poco dejado últimamente." Lahm se acordará bien del día de su despedida, tras la última jornada, durante sus vacaciones: "Fue un día muy, muy emocionante para mí. Me acordaré de él durante toda mi vida."
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