La estrella indiscutible en el partido fue de madera. Un modelo estándar, manejable, funcional; famoso a su pesar. Incluso contó con una etiqueta en Twitter que fue tendencia (#Klappstuhl, en alemán, silla plegable) y fue protagonista en los diarios en papel alemanes con (ficticias) entrevistas. Y todo por una inofensiva decisión del entrenador del FC Bayern en ese momento, Pep Guardiola. Era el 8 de abril de 2015 en Leverkusen y estaba en juego el pase a semifinales de la Copa DFB. El partido había terminado 0-0 tras 90 minutos y la prórroga (120 mins. en total) y debía decidirse el ganador en penaltis, de modo que el entrenador español decidió ver la tanda de penales desde el ya mencionado asiento. Más bien, decidió desde dónde no seguir la tanda. Constantemente Guardiola se tapó los ojos, miraba para un lado u otro, se daba la vuelta. Le quemaba la silla.
Más templados que su entrenador se mostraron sus hombres. Thomas Müller, Robert Lewandowski, Xabi Alonso, Mario Götze y Thiago transformaron con éxito sus penaltis, y Manuel Neuer detuvo el lanzamiento de Josip Drmic; de forma que el FC Bayern pasó a semifinales con un marcador de 3-5 a su favor. Desde una silla plegable de madera Guardiola logró un billete a 'semis' para el FC Bayern.
Cuando el partido acabó su acción se convirtió en tema de conversación. En realidad esa silla estaba habilitada para los agentes de seguridad del BayArena. Pero el entrenador del FC Bayern se adueñó de ella para los últimos minutos del duelo copero, y por motivos bien mundanos: "Simplemente estaba cansado, me dolía la espalda".
Temas de este artículo