Desde este sábado la Oktoberfest vuelve a celebrarse en la Theresienwiese. Conocida es la aversión de cualquer muniqués a abandonar su ciudad durante estos días. No obstante, la visita a Gelsenkirchen este fin de semana mereció la pena. Hace un año, el 19 de septiembre de 2017, el Bayern venció en Gelsenkirchen por 0-3. Esta temporada regresaron de territorio minero con un 0-2 bajo el brazo.
James Rodríguez, Franck Ribéry y compañía puede tomarse merecidamente una de las famosas cervezas muniquesas. "Hoy ya no habrá nada", dijo con una sonrisa David Alaba tras el partido en Gelsenkirchen. Los establecimientos de la Oktoberfest estaban cerrados cuando el equipo aterrizó en Múnich pasada la medianoche. Y en los próximos días el calendario es muy exigente. Este martes recibirá el Bayern al FC Augsburg en el Allianz Arena y el viernes disputará en Berlín la sexta jornada de Bundesliga (20:30, hora alemana).
"En el último domingo de la Oktoberfest tenemos la celebración del equipo en la Wiesn. Hasta entonces quizá tome, como máximo, una radler", concedió con una sonrisa Hasan Salihamidzic. Para entonces ya habrá terminado un apretado calendario -semana con doble jornada de liga incluida- y el Bayern confía en poder refrescarse con cerveza fría tras seguir cosechando victorias.
La estadística permite afrontar con optimismo esta fase de partidos. Desde 2010 el Bayern no ha perdido ninguno de sus partidos de Bundesliga durante la Oktoberfest, con 22 victorias y seis empates. El triunfo en Schalke resulta prometedor... y esperanzador.
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