
El centro de control de la misión espacial de 1969 es hoy un museo en el Johnson Space Center de Houston y, también, un sitio que despierta muchos recuerdos. Cuando Karl-Heinz Rummenigge se encontraba en medio de todas aquellas pantallas, ordenadores y mobiliario de otra época, inmediatamente, se le vinieron a la cabeza los recuerdos de la llegada a la Luna de hace 50 años. Su padre lo despertó especialmente para poder seguir aquel histórico acontecimiento por la televisión. "Es increíble estar ahora aquí", dijo el director general del Bayern de Múnich. "Es todo un honor para nosotros. Aquí se hizo historia".
Rummenigge encabezó una delegación formada por Jörg Wacker, miembro del consejo, Rudolf Vidal, jefe de la oficina de Nueva York, y los vicepresidentes, el Profesor Dieter Mayer y Walter Mennekes, así como la leyenda Lothar Matthäus. Más tarde, Thiago y Javi Martínez hicieron una visita especial. Rummenigge hizo entrega de una camiseta del equipo con el estampado de la llegada a la luna como regalo. "Este hito fue uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad, en el que todos sintieron que, juntos, se pueden hacer cosas extraordinarias", expresó el director general.

Durante la visita al área que mide varios campos de fútbol, en el que trabajan 11.000 personas y desde dónde se controla la Estación Espacial Internacional (ISS en inglés) a 400 kilómetros por encima de la tierra, Rummenigge y sus acompañantes le preguntaron al ex astronauta Hans Schlegel todo lo que se les ocurrió sobre el universo. Con caras de asombro, descubrieron las obras de una habitación dedicada al entrenamiento. "¿Y aquí dentro duermen los astronautas?", preguntó Rummenigge durante la visita a "los dormitorios". "A uno de le cuesta muchísimo imaginarse cómo aguantan estas personas durante meses ahí arriba".
Thiago y Javi Martínez visitaron la NASA
Thiago y Javi Martínez fueron entrenados más tarde por Bob, el entrenador de astronautas, para poder comprobar cómo se mantienen en forma. Los españoles probaron las maquinas que funcionan según el principio de vacío. Thiago se quedó boquiabierto cuando le explicaron que las gotas de sudor que giran por la cabeza se pueden convertir en agua potable. Cada astronauta recibe un plan de entrenamiento por su misión: seis de los siete días hacen un total de 2 horas y media de deporte diario. "Muchos vuelven más en forma que cuando subieron arriba", bromeó Schlegel, que ha estado dos veces en el universo. A la pregunta de Martínez sobre cuáles som los mayores peligros en una nave, el alemán de 68 respondió que eran "un agujero, fuego o un accidente tóxico".
Para finalizar la excursión, ambos jugadores pudieron entrar en el sitio más especial de todos: El centro de control de la actual misión de la Estación Espacial Internacional. Por cómo estuvieron y observaron las imágenes de la Tierra en los monitores, parece que el Bayern de Múnich está listo para viajar a una galaxia muy, muy lejana.

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