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"Quiero ser el presidente de todos"

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"Quiero ser el presidente de todos"

El próximo quince de noviembre, Herbert Hainer, de 65 años, se presentará como nuevo presidente en la próxima asamblea anual de socios. En nuestra revista "51", el potencial sustituto de Uli Hoeneß explicó cómo le gustaría desarrollar su cargo si los aficionados le prestan su confianza. 

La entrevista a Herbert Hainer

Señor Hainer, usted afirmó que su puesto como CEO de adidas era "el mejor del mundo". ¿Sería el de presidente del Bayern de Múnich el segundo mejor? 
Herbert Hainer: "(Sonríe) Eso solo lo podré valorar si los socios me votan. Pero puedo imaginar que tendría que replantearme esas antiguas declaraciones. Estaría muy orgulloso si pudiera desempeñar ese cargo". 

Usted nació un día antes del "milagro de Berna". Casi no es posible llegar a la conclusión de que el fútbol se puso en su camino...
Hainer: "Que eso esté realmente en mis genes por ese día, no lo puedo afirmar. Vengo de una casa de fanáticos por el fútbol: Mi hermano mayor estudió ciencias del deporte, mi hermano más joven jugó en el TSV 1860 y yo financié mis estudios jugando en regional. El fútbol, y en general todo el deporte, era el tema principal de conversación de cada día en casa.

¿Puede hablar de su hermano, que jugó para "los leones", teniendo en cuenta su candidatura a presidente del Bayern de Múnich? 
Hainer: "(Ríe) Hombre, no puedo renegar de él. Su estancia en el club está documentada. De hecho, mi primera experiencia en un estadio de fútbol fue también viendo al TSV 1860. Por aquel entonces, mi tío, que vivía en Múnich, me llevo al Grünwalder (antiguo estadio de Bayern y 1860). Pero, de alguna manera, no funcionó. Hoy puedo incluso decir que entonces ya era un visionario y que sabía que el Bayern era el futuro. Pero, hasta hoy, pienso que el crecimiento del club a las sombra de su máximo rival es uno de los mayores éxitos del Bayern. Las condiciones del 1860 eran mejores, ellos eran uno de los miembros fundadores de la Bundesliga e incluso fueron campeones de liga en 1966. A pesar de eso, me convertí en seguidor del Bayern y eso también está relacionado en mis experiencias clave en el mundo del fútbol". 

¿Cuál fue?
Hainer: "Cuando vi jugar a un joven Franz Beckenbauer en el Bayern. Les digo: ¡Esa agilidad, esa elegancia! Antes de que él llegara, el fútbol era duro. Hasta que apareció ese joven Beckenbauer. Siempre lo compaero con Cassius Clay en el boxeo. Los pesos pesados eran hombres grandes y gordos que se golpeaban. Entonces llegó ese delgado Cassius Clay, que era mucho más rápido de piernas. Boxeaba de una forma nueva. Asi de imponente era también Beckenbauer". 

¿Cómo ha cambiado el fútbol desde su infancia y juventus? ¿Y su visión?
Hainer: "En el campo, el fútbol es hoy mucho más atlético, rápido, un jugador profesional corre ahora el doble que hace 20 o 30 años. Todo lo que rodea al fútbol se ha vuelto más profesional. Además de todo lo que pasaba en el terreno de juego, creció el comercio. El Bayern de Múnich factura al año 750 millones de euros y es una marca global, para la que es una obligación viajar en verano a América o Asia. Pero, como antes, soy un aficionado de la vieja escuela. Si veo un partido, quiero tranquilidad a mi alrededor. Y, entonces, vivo los 90 minutos con total corazón". 

 

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Eso significa que se se sienta en otro sitio cuando se habla mucho
Hainer: "Correcto. No me gusta. Quiero concentrarme los 90 minutos en el fútbol". 

¿Protesta alguna vez también? Algo del estilo de "árbitro, eres muy malo".  
Hainer: "Con los años uno modera el lenguaje. Pero me sigo enfadando con decisiones erróneas". 

En uno de sus partidos de cuando joven, con un marcador de 8-0, se dice que atacó al árbitro porque pitó un penalti en contra. En el minuto 90. ¿Es eso ambición deportiva o un ejemplo de que fuera del campo nunca se da por satisfecho? 
Hainer: "Esa historia está marcada por un sentido de la justicia. Eso es algo que está muy dentro de mi, y eso no solo incumbe a lo que ocurre dentro del terreno de juego. En aquel partido, tuve la absoluta certeza que ese penalti era una auténtica broma. Me enfadé en el minuto 90 con un 8-0 a favor. No rehuyo de las críticas y me gusta hablar las cosas abiertamente. Lo que no puedo soportar es cuando alguien es tratado de una forma injusta". 

En su partido de despedida de Adidas, jugó a pesar de tener una fractura en el hombro. Tenía el brazo en cabestrillo, como Franz Beckenbauer en su día, y marcó de penalti para hacer el 4-2. Suena a alguien que va a por todas... 
Hainer: "Me dicen que no sé perder, y eso es verdad. Nunca sienta bien perder. No puedo recordar ninguna derrota bonita. ¿Qué es eso de una bella derrota? En teoría, no podía jugar por lesión, aunque nadie se percató de que Beckenbauer era mi ídolo. Pero yo quería estar. Era mi partido de despedida, había unas 4.000 personas. Tenía dolores, lógicamente. Pero, a veces, son gajes del oficio". 

"Algo similar entre Uli Hoeneß y yo es que, bajo presión, rendimos al máximo".

Herbert Hainer

En general, se le considera un fanático del deporte. En una entrevista, una vez dijo que sería capaz de enumerar a los campeones olímpicos de doma clásica de las últimas cuatro décadas. ¡Por favor! 
Hainer: "Oh, era capaz de eso, antes los veía a todos, desde Josef Neckermann hasta el Dr. Reiner Klimke, ­Liselott Linsenhoff e Isabell Werth. Los de los últimos años, desgraciadamente, no me los sé. 

¿De dónde viene esa pasión? ¿Se pone delante del televisor durante 20 horas durante los Juegos Olímpicos? 
Hainer: "Si es posible, sí. Antiguamente, me veía todas las carreras de atletismo en directo aquí en Múnich. Alemania contra Francia o Inglaterra. Cuando Rita Wilden corrió los 400 metros hace 30 años, eso era un evento de gran magnitud. Lo he visto todo y he celebrado cada medalla de oro. Todavía recuerdo a Konrad Wirnhier en 1972 en el tiro al plato, ¡fue grandioso! En adidas, siempre dije que somos como una marca olímpica. Con botines para lanzadores de peso, de jabalina o tiradores no obtenemos mucho beneficio, pero siempre he pensado que esos atletas, que trabajan por muy pcoo dinero, merecen tener ese material necesario para poder dar el máximo rendimiento. En grandes empresas, no todo se trata solamente de obtener ganancias. Eso es espíritu deportivo". 

¿Quién de esos atletas que ha conocido durante su carrera le ha impresionado más? 
Hainer: "Beckenbauer como jugador y como persona. Lo ha ganado todo como jugador y entrenador. Que también consiguiera llevar el Mundial de 2006 a Alemania fue un liberación real para nuestra sociedad. Se evita hablar de eso en las discusiones sobre la adjudicación del torneo. Los alemanes se sintieron muy identificados con ese Mundial. Classius Clay también tiene un aura especial. Cuando ese hombre llegaba a un sitio, todos se callaban. Era una interesantísima persona que hizo mucho, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra el racismo y por los derechos de las personas de color en los Estados Unidos". 

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¿Cómo fue conocer a Uli Hoeneß a comienzos de los '90? Lo conocían de haberlo visto por la televisión. ¿Se correspondía eso con la realidad? 
Hainer: "Observé muchas coincidencias. Recuerdo sus famosas carreras hacia la portería, esa idea de "no rendirse", a pesar de que lo perseguían dos o tres rivales, esa pared invisible, ese espíritu de lucha. Todo eso lo pude reconocer enseguida". 

Se convirtieron en amigos. Estuvo con usted cuando falleció su hija en 2006, fue uno de los primeros en visitarle durante su encarcelamiento. ¿Qué significa para usted la amistad y, en especial, esta? 
Hainer: "La amistad significa estar juntos en los momentos más dificiles. Uli reconoció su error, prescindió de su puesto, eso demuestra una actitud memorable. Junto a eso, pienso que se debía de preservar el gran logro de su vida. Cuando los medios fueron a por él, dije que no lo abandonaría. Cuando murió nuestra hija, fue el primero que me llamó y me preguntó cómo podía ayudar. No es realmente importante quién ríe contigo cuando todo te va bien. Ahí tienes muchos amigos. Lo importante es quién llora contigo cuando te va mal". 

¿Qué se siente al sustituirlo ahora?
Hainer: "Lógicamente, Uli Hoeneß deja un legado enorme. El cómo ha hecho las cosas, es especial. Seguramente, no posea su comprensión del fútbol, pero he dirigido muchos años una gran empresa y puedo aportar mis conocimientos de experto. También hay que decir una cosa: Uli Hoeneß no va a desaparecer del mundo. Vive a 40 kilómetros de la Säbener Straße. La cobertura en el lago Tegernsee seguirá intacta. Durante estos años he descubierto cómo puedo contactar con él". 

¿Qué opina de los críticos que dicen que Hoeneß quiere seguir dirigiendo al Bayern a través de usted? 
Hainer: "Por un lado, ya que demostrado muy bien que puedo dirigir una empresa internacional que cotiza en bolsa. Por otro lado, tenemos una amistad, pero eso no significa que tengamos la misma opinión en todos los temas. Además, debo de ser claro: Si puedo llevar al Bayern a éxitos parecidos como Uli Hoeneß, probablemente, no sería nada malo. Sería muy inteligente por mi parte escuchar sus consejos". 

Hoeneß también dijo que en su vida nunca ha mirado nada en internet. ¿Lee usted cosas en Internet?
Hainer: "Esa es una diferencia entre ambos y es un punto en el que tenemos opiniones distintas. Conmigo no contactan a través de un fax, no tengo. Internet me ayuda para hacer mi trabajo de forma más eficaz. Da igual donde esté". 

¿Qué suele buscar en Google?
Hainer: "Todo lo que se me ocurre. Por ejemplo, antes de una entrevista, busco sobre el entrevistador (guiña el ojo). Los domingos, lo primero que hago es ir a la página web del Bayern. Los otros días empiezo a comprobar mis correos electrónicos. Tengo ese ritual desde los tiempos en los que trabajaba porque, por ejemplo, los asiáticos nos llevan un par de horas y esa era la razón por la que miraba el correo tan temprano. Hoy en día, mi bandeja de entrada ya es algo más manejable, puedo ponerme a leer antes los periodicos digitales para hacerme una primera idea de lo que ocurre durante el día". 

"No podemos perder nuestra identidad. Muchos clubes son hoy corporaciones, todo comprado. Ese no puede ser nuestro camino".

Herbert Hainer

El cómodo sillon de Hoeneß es algo legendario de la Säbener Straße. ¿También le deja sentarse en él? 
Hainer: "Si deja el sillón en la oficina, con mucho gusto. Él ha dicho que quiere llevarse su escritorio a toda costa. Quiero ser el presidente de todos y estar disponible para hablar con socios y trabajadores. Y no solo en nuestro departamento estrella, el fútbl, sino también para las modalidales de baloncesto, ajedrez, para todas las personas del club. El Bayern de Múnich no solo es fútbol". 

En adidas vivió momentos difíciles en 2008 y 2014. Se dijeron cosas de usted como que se mantenía "pegado al sillón". ¿Qué se aprende de situaciones en las que te describen como dictador, le sirve algo de eso para su nueva etapa en el Bayern? 
Hainer: "Ambos momentos ocurrieron por diferentes motivos: En 2008 fue por una crisis económica, en 2014 fueron, más bien, nuestros propios errores. Recuerdo bien esos titulares. En el primer momento hace daño cuando se lee. "Ya es suficiente, no tiene ni idea". Ahí se piensa, "¿no cuenta nada lo que se ha hecho en los años anteriores?". Pero, entonces, me levanté y dije: "Vale, ahora os voy a volver a enseñar lo que soy capaz de hacer". En doce meses volvimos a reestablecer la curva. Cuando me convertí en jefe de Adidas en 2001, la empresa tenía un valor de tres billones. En mi despedida, en 2016, era de 36. Multiplicamos su valor por dice. Esa es otra similitud entre Uli Hoeneß y yo: bajo presión, rendimos al máximo".

¿Sabe reconocer los propios errores? 
Hainer: "Me dicen que suelo mantener los pies en la tierra. Además de eso, uno mismo relfexiona. Todo el mundo comete errores y se deben reconocer. Lo que me enoja es cuando se cometen los errores dices veces". 

A principios de los 80, convirtió la taberna "Gußofen", construida en 1643, en un pub. La gente hacía colas para entrar, luego lo vendió con ganancias. 
Hainer: "¡Naturalmente! Aquello fue en mi último año de estudios. En aquelle época, llegaron a Múnich los pubs con largas barras, aquello me gustó mucho y me dije: "¡Yo también puedo hacerlo!". Empecé con un compañero del equipo, abríamos seis días, tres se ocupaba él y yo los otros tres. Cuando se llenaba, le preguntábamos a un par de chicas si se querían poner de camareras unas horas. Aquello fue una escuela magnífica para la vida. En un pub así conoces a personas de toda clase: Gente a la que le gusta festejar, la que busca problemas, presumidos o simples observadores. Me llevé muchas enseñanzas". 

¿Es cierto que rechaza todos los postres?
Hainer: "Rara vez me como uno, sí. Tenía que prescindir de algo para estar bien con el paso de los años". 

¿Cómo celebra usted un éito? ¿Tiene algún vicio? 
Hainer: "Tengo suficientes vicios y no miro constantemente las calorias. No se confunda. Me gusta beber a veces una copa de vino, comer codillo y beber media jarra de cerveza, solo que no lo hago a diario. A un cigarrillo esporádico tampoco le digo que no". 

Hace poco dijo que, hoy en día, está más lúcido y concentrado en sus tareas que antes. ¿A qué se debe eso? 
Hainer: "Pienso que todo viene por mi experiencia. Además, no quiere hacer perder el tiempo a la otra personas ni a mi. No me gusta cuando se va al quid de la cuestión. Enonces, me enfado. Me vuelvo impaciente. Una vez leí un libro: "Las diez reglas cin las que puedo hacer mi vida más eficiente". Una de esas reglas decía que "no debería repetir una cosa que ya se ha dicho tres veces". 

Hainer más Oliver Kahn, profesionalidad más mentalidad, estrategia más élite, dijo el diario "FAZ" sobre las nuevas caras en la dirigencia del Bayern. Suena bien, ¿no?
Hainer: "Pues no diría lo contrario, no. Oliver Kahn encaja fantásticamente en el Bayern. Como jugador, fue una figura de identificación, tiene el gen del Bayern como ningún otro, conoce el club. Es una contratación magnífica. Junto a su experiencia profesional, la cual ha adquirido con su propia empresa tras el final de su carrera, también aporta mucha conocimiento del fútbol de alto nivel. En mi caso, el fútbol, en privado, siempre ha tenido gran importancia, pero, en mi caso destacaría más mis contactos del mundo del deporte y mis experriencias profesionales. Pienso que a Oliver Kahn puedo aconsejarle en alguna que otra cosa. Estoy convencido de que esta combinación de conocimientos futbolísticos y empresariales va a funcionar muy bien". 

 

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¿Cómo es su jugador ideal? Una vez dijo que no le gustaban los jugadodres que asumen responsabilidad en el equipo, pero que, delante de las cámaras, no dicen nada y sonríen a todo. ¿Prefiere a jugadores críticos y esa cultura propia de Baviera? 
Hainer: "Absolutamente. Porque solo se puede seguir creciendo de esa forma. Si todos dicen Amén, no sirve. Eso no trae nada. Quiero a jugadores maduros, que estén con sus compañeros dentro y fuera del campo. No quiero a nadie que siga la corriente". 

La globalización también trae consigo nuevos desafíos para el presidente del Bayern. ¿Cómo valora las cooperaciones con Catar que no gustan a todos los aficionados? 
Hainer: "En un futuro, va a ser aún más importante encontrar un balance entre el éxito deportivo, la bonanza económica y, por otro lado, que los aficionados encuentren cercanía, ya que, naturalmente, hoy y en un futuro, esto va a seguir siendo cada vez más difícil. Queremos seguir siendo un club bávaro que se abre al mundo. El Bayern no toma decisiones tan fácilmente. Mi credo siempre consitió en que las exclusiones o sanciones nunca contribuyen a mejorar. No recuerdo ningún boicot, ninguno en el fútbol, que haya traido algo positivo. Veo lo contrario: El deporte tiende puentes. La situación en Catar mejora. Pienso que las conversaciones con occidente contribuyen a ello. Hay que hablar entre todos". 

¿Cuáles son las mayores metas en los próximos tres años?
Hainer: "Lógicamente, me gustaría ganar la Liga de Campeones. Esa es la exigencia que debemos tener en el Bayern. En el baloncesto, queremos establecernos en el top europeo. La sección de ajedrez acaba de ascender a la Bundesliga y sigue persiguiendo ambiciosos objetivos. Naturalmente, todos los deportes de nuestras secciones son muy importantes. Ahí es donde vive el Bayern, donde respira, ahí es donde están nuestros socios. Eso queremos seguir desarrollandolo. En el fútbol tenemos que seguir poniéndonos nuevos objetivos por las actuales cifras de los fichajes. ¿Cómo podemos invertir más? ¿Cómo podemos desarrollar mejor nuestra cantera? En ese camino, no debemos perder nuestra identidad. Muchos clubes son hoy corporaciones, todo comprado. Ese no puede ser el camino del Bayern de Múnich". 

¿Son posibles con usted fichajes de 100 millones de euros?
Hainer: "No puedo asegurar nada. Pero, sobre todas las cosas, no vamos a cometer cualquier locura financiera. Como Uli Hoeneß, he aprendido que no se puede gastar más de lo que se ha ingresado". 

¿Va a cumplir su mandato o va a estar más tiempo?
Hainer: "Primero tengo que ser elegido. Si es así, estaré contento y agradecido. Tras tres años, habrá que hacer inventario. Entonces, veremos. En la vida, solo doy por hecho muy pocas cosas". 

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