Acababa de comenzar el tiempo añadido en Friburgo. Serge Gnabry devuelve un balón al área. El cuero le cae en los pies al recién ingresado Joshua Zirkzee. El canterano hace inútil la estirada del portero y todo el Bayern corre a celebrarlo. Zirkzee apenas puede comprender lo que acaba de ocurrir en ese instante. El holandés solo llevaba 104 segundos en el terreno de juego. Era su debut en Bundesliga. Su primer contacto con el balón. Era el importantísimo 1-2.
Instantes previos a la finalización del partido, todo parecía encaminado al reparto de puntos entre ambos equipos antes de que Hansi Flick se sacara un truco de la chistera. Para los últimos minutos, introdujo al joven delantero en el partido y este le devolvió la confianza en forma de gol. "Su evolución es notable", dijo Flick tras el pitido final. "Hoy él y, naturalmente, el equipo han visto la recompensa. Trabajamos como club en desarrollar talentos para que haya jugadores que vuelvan a poder dar el salto al Bayern. Si lo hacen, podemos dejar de preocuparnos".
Gracias a este importante gol que significó el 1-2, Zirkzee puso al Bayern en la senda de la victoria. Poco después, Gnabry anotó el definitivo 1-3 y cerró el encuentro. De esta manera, el máximo campeón alemán escala hasta la tercera posición de la clasificación y redujo la distancia respecto al líder, el RB Leipzig, a los cuatro puntos.
Con 18 años y 210 días, Zirkzee es el goleador más joven de la presente temporada de la Bundesliga y, tras Roque Santa Cruz (18 años, 12 días) y Alphonso Davies (18 años, 135 días) el tercer jugador más joven de la historia del Bayern en anotar en la competición. Además, se ha convertido en el goleador holandés mas jóven de la historia de la Bundesliga.
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