"Nunca había vivido un partido como este", sintetizó Niko Kovač, por aquel entonces entrenador del Bayern. Todo sucedió el 3 de abril de 2019. El Bayern derrotó al FC Heidenheim por 5-4 y, por lo tanto, se había clasificado para semifinales de la Copa DFB. Pero nadie contaba con que el pasaje fuera a requerir un esfuerzo tan prolongado y sobre todo, una prueba tan exigente para los nervios del FCB.
Inesperado giro de guion
Fue el primer y hasta ahora único duelo oficial contra el Heidenheim. Y en realidad, nadie tenía dudas ese día de que el FCB vencería al FC Heidenheim, equipo de segunda división, y de que se clasificaría para semifinales. Los primeros compases de partido siguieron el plan trazado gracias al temprano 1-0 de Leon Goretzka (12'). Pero solo cuatro minutos después el guion cambió 180 grados: Niklas Süle, último hombre del Bayern, llegó tarde en un lance del juego y vio tarjeta roja. Robert Glatzel aprovechó el desorden en el que cayó el Bayern para empatar (26'). Justo cuando el FCB volvió a meterse en el partido llegó el siguiente horror y Marc Schnatterer adelantó al Heidenheim tras un contraataque en el 39' (1-2).
Reacción tras el descanso
Kovač reaccionó y en el descanso dio entrada a Kingsley Coman y Robert Lewandowski, a pesar de que este último arrastraba un ligero resfriado. El FCB se lanzó con todo a pesar de la inferioridad numérica y pronto encontró recompensa. Con los goles de Thomas Müller (53', de volea), Lewandowski (56') y Serge Gnabry (65', al palo largo) el Bayern logró ponerse de nuevo por delante (4-2).
¿Partido decidido? ¡Todavía no!
Quien pensara que con ese resultado el Bayern ya tenía resuelto el encuentro se equivocó. El Heidenheim se benefició de nuevo de la superioridad numérica y volvió a igualar a través de Glatzel (74' y 77', penalti). La posibilidad de tener que jugar una prórroga amenazaba, con el horizonte cercano del partido contra el BVB unos pocos días después. El partido estaba en el filo de la navaja. En el minuto 84 el árbitro pitó penalti a favor del Bayern. Lewandowski mantuvo la cabeza fría y marcó el 5-4, la tercera ocasión del partido en que el FCB se adelantaba esa tarde. Esta vez ya no se volvió a mover el marcador. "Fue un partido abierto y loco, no me gustó como se desarrolló", resumió Kovač. La afición asistió a una emocionante montaña rusa en el Allianz Arena... con final feliz para el Bayern.
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