Un partido en el que el Bayern lo tuvo todo en contra. Y, por eso mismo, aquel legendario partido entre el máximo campeón alemán y el Eintracht Frankfurt hace ya 21 años sigue vigente en los recuerdos de los aficionados del Bayern. La historia tuvo un final feliz, a pesar de todo, y Michael Tarnat se convirtió en héroe en una posición totalmente nueva.
Tres lesiones en una hora
Habían pasado algo más de 20 minutos aquel 18 de septiembre de 1999 y los muniqueses ya iban por detrás en el marcador por 1-0. Además, Michael Wiesinger tuvo que abandonar el terreno de juego en la primera mitad por lesión. En el 56', llegó el susto: Sammy Kuffour le dio un rodillazo involuntario a Oliver Kahn en la cabeza y le dejó noqueado. Bernd Dreher sustituyó al Titán, aunque tampoco duró tanto sobre el verde: Ocho minutos después de entrar, tuvo que salirse del campo con una rotura del ligamento cruzado anterior.
Hubo un pequeño debate y Ottmar Hitzfeld pensó en un jugador de campo para ponerse bajo los tres palos. Tarnat le comenta al entrenador que quiere ponerse. El lateral ya había jugado alguna que otra vez de portero en los entrenamientos y convenció a Hitzfeld para sustituir a Dreher. El plan funcionó a la perfección: Tarnat mantuvo la portería a cero y Giovane Élber y Kuffour remontaron el encuentro. El Bayern se acabó llevando la victoria por 1-2.
Tarnat ha conservado los guantes de aquel memorable partido. "En casa, en Múnich, tengo todas las camisetas que he intercambiado en una estanteria. Todos los guantes están colgados en una pared, también los de mi debut en la Bundesliga como arquero", comenta el alemán de 50 años en una entrevista.
En la sección "Hoy recordamos", fcbayern.com presenta regularmente hallazgos del archivo de fotos.
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