El Káiser representa como nadie lo que es vivir por y para el Bayern de Múnich, siendo uno de los culpables de que el club ascendiera a primera división y se acabara consagrando como uno de los mejores equipos del mundo. Estos motivos son más que suficientes para que fcbayern.com recuerde los cinco mejores momentos del legendario jugador bávaro en el club.
#1 La bofetada del cambio
Beckenbauer llegó al primer equipo del Bayern en mayo de 1964. Sin embargo, el paso definitivo para llegar al club, y posteriormente al estrellato mundial, no lo dio aquel joven Franz. Tampoco sus padres o un entrenador. El desencadenante, y no es ningún juego de palabras, fue una bofetada: A la edad de doce años, Beckenbauer participaba en un torneo escolar del sudoeste de Múnich con el SC 1906 Obergiesing. Su rival sería el TSV 1860, el club número uno de la ciudad en aquella época. Como prometedor futbolista, su fichaje por los Leones se daba por sentado. No obstante, un jugador contrario le dio una bofetada cuando el árbitro estaba de espaldas. El futuro Káiser no estaba dispuesto a permitirlo, por lo que dio marcha atrás a su decisión y se marchó al Bayern. Recordándolo, aquella escena fue "una absurda casualidad". No obstante, aquella decisión se acabaría convirtiendo en uno de los fichajes más importantes de la historia del Bayern de Múnich.
#2 El nacimiento del Káiser
El motivo exacto por el que Beckenbauer recibió el apodo de Kaiser no está claro hoy en día. Una de esas teorías gira en torno a la final de la Copa DFB de 1969 ante el FC Schalke 04. Después de que Beckenbauer solo fuera capaz de parar con un agarrón a Reinhard Stan Libuda, jugador del Schalke y apodado el "rey de Westfalia", parte de los 64.000 espectadores del Waldstadion de Frankfurt le pitaban cada vez que entraba en contacto con la pelota. En algún momento del encuentro, el líbero tuvo suficiente: Cogió el esférico y empezó a hacer malabares con él delante de la grada donde se ubicaban los aficionados del Schalke. Los jugadores contrarios no se lo impidieron y los pitidos se amilanaron a lo largo del partido. Tras el final del encuentro, la prensa comentó lo siguiente: "Beckenbauer ha triunfado sobre el rey Libuda, algo que solo puede hacer una persona: ¡El Káiser Franz!"
#3 En la cima del olimpo del fútbol
De todos sus títulos y éxitos a lo largo de su carrera, es difícil elegir un momento que destaque sobre el resto. Sin embargo, este excepcional futbolista se ganó su hueco en el olimpo del fútbol en el verano de 1974. Después de ganar la final de la Copa de Europa ante el Atlético de Madrid, unas semanas después, en Múnich, se hizo con la Copa del Mundo con Alemania. Como también fue campeón de Europa con Alemania en 1972, era, junto a sus compañeros de equipo, Katsche Schwarzenbeck, Gerd Müller, Paul Breitner, Sepp Maier y Uli Hoeneß, el vigente campeón de las tres competiciones más importantes del fútbol europeo. Ningún jugador fue capaz de lograr lo mismo hasta ese punto. Beckenbauer recogió todos estos títulos como capitán.
#4 Regreso a los banquillos: La primera Bundesliga del Káiser
Campeón del mundo como jugador y entrenador. En mayo de 1994, también se hizo con el título de la Bundesliga. No obstante, no quiso volver a entrenar después del Mundial de 1990. Pero su Bayern lo necesitaba en invierno de 1993. Por aquel entonces, el máximo campeón alemán se encontraba en el quinto puesto, pero, gracias al Káiser, el Bayern remonta y, tras vencer al Schalke por 2-0 medio año después, levanta un nuevo título de liga. En las celebraciones en Nockherberg, se dispuso una portería con dos agujeros y Beckenbauer debía de introducir la pelota en uno de ellos. Esta es una prueba tradicional del programa de televisión Aktuelle Sportstudio, que grabó en directo aquel evento. Sin embargo, al Káiser se lo pusieron más difícil que de costumbre: Tenía que poner la pelota arriba de una jarra de cerveza. A pesar de esta desventaja, Beckenbauer lo logró. "A este hombre le sale todo", afirmó un impresionado Dieter Kürten, presentador del programa.
#5 La llamada de atención que provocó la consecución de la Liga de Campeones en 2001
A ningún fubolista le gustaría escuchar una comparación similar por nada del mundo, aunque eso solo se lo puedes permitir a una sola persona: "Este es un equipo que juega el partido de homenaje de Uwe Seeler", criticó Franz Beckenbauer a sus jugadores en marzo de 2001 en el banquete de medianoche cuando aún era presidente del club. Los muniqueses habían perdido 3-0 en casa del Olymique de Lyon y aquellas palabras les llegaron al corazón. "Juramos que responderíamos", dijo el capitán Steffan Effenberg, que mantuvo su palabra. Desde aquel momento, el Bayern ganó sus restantes partidos en la Liga de Campeones y ganó su cuarta Copa de Europa al Valencia en los penaltis.
Las mejores imágenes de la carrera del Káiser:
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