¿Qué aficionado bávaro no recuerda donde estaba aquel 25 de mayo de 2013? Da igual si estuviera en Londres, Múnich o en cualquier lugar del mundo. Todos los rojiblancos vibraron con la final de la Liga de Campeones contra el Borussia Dortmund. Ninguno olvidará ese día, puesto que el Bayern se alzó con la Orejona en un partido legendario. "Cuando me desperté aquel día, pensé inmediatamente: ¡Hoy nos llevamos la copa!", recordaría Bastian Schweinsteiger más tarde. Ocho años después, sabemos que el Fußballgott tuvo razón.
Asumiendo el control
Tras unos primeros minutos problemáticos, el Bayern asumió el control del partido a mediados de la primera parte y se adelantó en el 60' a través de Mario Mandžukić. El FCB tenía la confianza por las nubes "y, a pesar de que Ilkay Gündogan (67') empatara poco después de penalti, nunca tuve la sensación de que podría salir mal otra vez", describió Schweinsteiger.
Arjen Robben decide el encuentro
La jugada decisiva del partido ya la tiene en mente cualquier aficionado bávaro: Corría el minuto 89 de partido. Un balón largo de Jerome Boateng encuentra a Franck Ribéry. El francés controla el balón y prolonga de tacón para Arjen Robben, quien se planta ante el portero del BVB Roman Weidenfeller y lo supera en su salida. La pelota gira, gira y gira. Tarda una eternidad hasta que atraviesa la línea y los aficionados pueden dar rienda suelta a sus gritos de gol.
El vídeo del gol
El FC Bayern llegó a la meta y se coronó como campeón de Europa por quinta vez en su historia. "A pesar de que lo he visto ya 20 o 30 veces, aún se me pone la piel de gallina", dice Robben. A nosotros nos ocurre lo mismo. No podemos dejar de ver este momento tan bello e increíble:
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