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En los libros de historia del Bayern junto a Beckenbauer y Müller

Peter Kupferschmidt es uno de los héroes de los primeros tiempos del Grünwalder Stadion. Con motivo de su 80º cumpleaños, hoy miércoles, el veterano defensa del FC Bayern ha visitado el lugar donde un día hizo historia junto a Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Sepp Maier y otros compañeros. Es una mañana gris, su mirada se desplaza hacia las gradas, ahora vacías, y luego hacia el campo. Allí, señala el 16 bajo el marcador, que sigue siendo el mismo, allí, una vez metió un balón en la portería defendida por Radi Radenkovic. Como defensa marcó pocos goles, pero los anotados contra el TSV 1860 siempre fueron especiales. Kupferschmidt saca una foto de su carpeta, que ha traído especialmente. Una imagen en blanco y negro: Hans Küppers ve cómo el balón golpea justo al lado del poste, Radenkovic se queda petrificado en cuclillas. "Tenías que disparar con precisión ante Radi, si no, no entraba", dice Kupferschmidt. Él mismo está tirado en el suelo en la foto: Sí, así de fuerte fue su disparo ante Radi - "me dejó fuera de combate a mí mismo".

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La historia de Peter Kupferschmidt comienza en Filipowa, que ahora pertenece a Serbia. Cuando tenía tres años, la familia tuvo que huir y acabó en Múnich, más concretamente en Gartenstadt-Trudering. Aquí es donde Kupferschmidt se siente como en casa, y como siempre ha practicado el fútbol, juega un papel importante en su crecimiento. Un día del verano de 1956, un amigo le llevó al FC Bayern, donde Rudi Weiß se convirtió en su padrino. Kupferschmidt disputó un total de 283 partidos oficialescon los rojos hasta 1971, fue titular en el equipo que logró el ascenso en 1965, ganó la Recopa de Europa, la Copa DFB en dos ocasiones y se proclamó campeón de Alemania. "Estoy orgulloso de todo lo que ha conseguido este club, y de que se me haya permitido formar parte de esta historia, una muy pequeña y modesta".

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Kupferschmidt jugó en el FC Bayern entre 1956 y 1971

Según Kupferschmidt, "siempre tuvo un gran respeto" por Beckenbauer, "aunque es tres años más joven". Pero ya sabían que entre los juveniles estaba creciendo un talento especial: "Tenía claro que un gran hombre se abriría paso allí. O lo tienes o no lo tienes". Los delanteros rivales "primero tenían que superar a Franzi, y él los interceptaba con facilidad; te sentías orgulloso de estar allí". Kupferschmidt compartió habitación con Gerd Müller durante siete años: "Un carnicero dentro del área, y un tipo encantador". Y como el "Bombardero" recibía tantas peticiones de autógrafos, el compañero de habitación ayudaba con el correo: Müller firmaba, Kupferschmidt terminaba las cartas. "Como agradecimiento, Gerd me daba un billete de veinte o de diez, según lo que había ganado antes jugando al Schafkopf (juego de cartas bávaro)".

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Lo que Beckenbauer y Müller tenían gracias a su talento, Kupferschmidt intentaba compensarlo con la forma física. Estaban particularmente en forma bajo Branko Zebec: "Le preguntamos al árbitro si realmente quería pitar ya". Beckenbauer, Müller, Maier... sus compañeros "fueron mis modelos a seguir", dice Kupferschmidt, que ahora guarda lentamente su pequeña carpeta de grandes recuerdos y vuelve a mirar a la grada. "Ya jugué aquí en primera división", dice. No participó en el primer partido de la Bundesliga en 1965, pero marcó cuatro goles en la victoria por 6-4 en el partido de reserva. Cuando Adi Kunstwadl se lesionó, Kupferschmidt entró en el siguiente partido y fue acendido al primer equipo. En aquella época no se permitían las sustituciones durante el partido. "Si el 'toro' tiraba muy fuerte, teníamos que esperar a que devolvieran la pelota", recuerda, y cuando el público se venía arriba, de vez en cuando saludaban a la grada. "A la orden, uno, dos, tres... reverencia", relata Kupferschmidt. Entonces se despide, aparcó frente al estadio, donde solían calentar antes de los partidos. En el mismo sitio donde ahora se levantan casas que ni siquiera existían cuando el FC Bayern empezó a no dejar piedra sobre piedra en el panorama futbolístico.

Fotos: Amelie Niederbuchner