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Stefan Effenberg FC Bayern Champions League

Conductor, distribuidor, buque insignia: 5 momentos legendarios de "Effe"

La historia de Stefan Effenberg en el FC Bayern es colorida, viva, deslumbrante y emocionante. Los recuerdos son legendarios. Ahora, a los 54 años, el "Tigre" ha vuelto y es un nuevo embajador, porque los valores que defendió en el terreno de juego siguen vigentes: Nunca te rindas, siempre adelante, siempre de frente. A través de él, se transmite al exterior. Con su inimitable manera de ser, "Cheffe", dio forma a la exitosa era bajo la dirección del entrenador Ottmar Hitzfeld de 1998 a 2002 y no sólo ganó el campeonato de en el último minuto en 2001, sino también de manera sensacional la Champions League y la Copa del Mundo.

fcbayern.com repasa cinco momentos legendarios del Bayern con Effenberg:

"Effe" se convierte en "Cheffe"

Stefan Effenberg FC Bayern

Su primera etapa como profesional en el FC Bayern, de 1990 a 1992, fue bastante difícil en términos deportivos. Antes de que Effenberg se marchase a la AC Fiorentina, el FCB sólo había quedado décimo en la liga. Sin embargo, el hecho de que el Bayern y Effenberg formaban un buen tándem se confirmó de forma impresionante en 1998, cuando regresó a la Säbener Straße desde el Borussia Mönchengladbach. Con Hitzfeld, se le permitió desarrollarse plenamente en el centro del campo. "Effe" se convirtió en "Cheffe". Era el motor, agresivo cuando tenía que serlo. Dirigió el equipo y sus compañeros le siguieron. No tenía miedo a un duelo. Esta es una de las razones por las que tiene el récord de jugadores amonestados en la Bundesliga. En 370 partidos, Effenberg vio 114 tarjetas amarillas. Además de su habilidad en el despeje, destacan sus cualidades en el pase y su valor en la finalización. Los bávaros se proclamaron campeones tres veces consecutivas (1999 a 2001). Este periodo marcó el inicio de una era de dominio tras años de menor éxito. Cuando los aficionados del FCB estaban hambrientos de títulos, Effenberg se los entregó. Su voluntad de ganar era contagiosa, arrastró a su equipo cuando era importante. "Donde otros se esconden, Effenberg se muestra", dijo una vez Hitzfeld sobre él.

Una sola rueda de prensa, 'Amigos del Sol'

Stefan Effenberg FC Bayern
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No se ha olvidado y ha alcanzado fama mundial: la rueda de prensa. Effenberg se presentó ante los periodistas en el antiguo "Presse-Stüberl" de la Säbener Straße con una sudadera del Bayern y señalando con el dedo. En noviembre de 1999 fue objeto de fuertes críticas por parte de los medios de comunicación. Y esta vez el "Tigre" extendió sus garras fuera del terreno de juego: "Stefan Effenberg no se romperá. Todo lo que escriben es: "Effenberg, sólo juega con el freno de mano puesto", o algo así. Menuda basura", dijo, entre otras cosas, y añadió con tono amenazante que había que tener cuidado con lo que se decía, con lo que se escribía y con cómo se exponía, "porque yo soy de los que no aguantan eso, Amigos del Sol". Encajaba perfectamente con la imagen del líder inflexible del Bayern.

El gran drama de Barcelona

Stefan Effenberg Champions League Final 1999

Son recuerdos dolorosos, pero ninguna gran carrera está exenta de grandes contratiempos. Durante casi 90 minutos, todo apuntaba a un triunfo en la final de la Liga de Campeones contra el Manchester United en el Camp Nou. Hasta que llegaron los goles de Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjaer. En 102 segundos se dio la vuelta al partido y el United ganó 2-1. Effenberg, al igual que sus colegas, se desplomó sobre el césped. Tras el drama, Effenberg tuvo que someterse a un control antidopaje. Atravesó el túnel e vestuario y, de repente, vio a David Beckham frente a él con la copa en los brazos. "Nunca olvidaré esa imagen por el resto de mi vida. Las luces se apagaron, estaba casi oscuro, y a siete u ocho metros delante de mí, Beckham se paseaba con la copa. Fue entonces cuando me juré a mí mismo: ¡conseguiré esa cosa", recordó. Es una clara muestra de fortaleza ,sacar motivación y fuerza de las derrotas, aprender de ellas y volver a centrarse en los objetivos. Effenberg lo consiguió. "Dije: supongo que tendré otra oportunidad como ésta en mi vida. ¡Y entonces nadie nos quitará este trofeo! Ese fue como asumí la derrota". El resto, se conoce.

El triunfo en San Siro y la entrada que lo dijo todo

La siguiente oportunidad para Effenberg y el FC Bayern de levantar el trofeo no se hizo esperar. El 23 de mayo de 2001 en Milán contra el Valencia CF. Los que aún tenían dudas sobre la seriedad de FCB esta vez se desengañaron desde el inicio del partido. "Effe" frustró al español Gaizka Mendieta, que había dado la ventaja al Valencia en el minuto 2 de penalti, con una auténtica marca al hombre. El propio Effenberg anotó el gol del empate -también de penalti- (50'). Su marca siguió surtiendo efecto en la prórroga y en la tanda de penaltis. Oliver Kahn se superó a sí mismo. Después, fue un puro alivio. "Si hubiéramos ganado en 1999, no habría sucedido en 2001. Habríamos estado saciados. Pero esta derrota fue algo bueno", dice Effenberg.

Besos para los aficionados del BVB

Stefan Effenberg FC Bayern Borussia Dortmund

Effenberg polarizado. La afición del Bayern le adoraba, y fuera de casa el viento en contra de las gradas a veces soplaba violentamente en su cara. Pero sería mentira decir que "Effe" no lo disfrutara también un poco. También fue capaz de convertir los silbidos en motivación. El 7 de abril de 2001, en el partido contra el BVB en el estadio de Dortmund (resultado final: 1-1), había un ruído ensordecedor. El ambiente en el terreno de juego estaba caldeado, y Effenberg estaba justo en el centro. Al final, se convirtió en el partido con más tarjetas de la historia de la Bundesliga (13). Sólo Patrick Andersson y Roque Santa Cruz se quedaron sin amonestación por parte del Bayern. "Effe" ya vio la roja en el minuto 55. Y mientras salía del campo hacia el vestuario, lanzó besos con las manos a los aficionados del BVB. Más de 60.000 aficionados contra uno, pero Effenberg se mantuvo en su actitud alfa. Era la franqueza por la que los aficionados del Bayern le adoraban. Nunca se dejó doblegar por el fútbol.

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