El 25 de mayo de 2013 fue un día histórico para el fútbol alemán y, en especial, para el FC Bayern: en el estadio londinense de Wembley se enfrentaron por primera vez en la final de la Champions League el campeón récord alemán y su rival de la Bundesliga, el Borussia Dortmund. Los contricantes ofrecieron una lucha encarnizada, y ningún aficionado del FCB olvidará jamás cómo terminó la noche.
Ribéry para Robben - ¡¡¡ÉXTASIS!!!
Era el minuto 89: un pase largo de Jérôme Boateng encontró a Franck Ribéry. El francés controló el balón y se la cedió de tacón a Robben, que batió a Roman Weidenfeller. Mats Hummels y Neven Subotić sólo pudieron ver cómo el balón cruzaba lentamente la línea de gol.
„"Aunque la he visto 20 ó 30 veces, se me sigue poniendo la piel de gallina".”
Arjen Robben
Fue el gol decisivo. El FC Bayern consiguió su objetivo y se proclamaba campeón de Europa por quinta vez en su historia. "Aunque lo he visto 20 o 30 veces, se me sigue poniendo la piel de gallina", dijo Robben, sin olvidar a su compañero Franck Ribéry, que asistió el gol con una clase exquisita: "También hay que agradecerle mucho a Franck. Claro que al final marqué yo el gol, pero no hay muchos jugadores que pasen el balón con tanta inteligencia", continuó la leyenda del Bayern.
Uno de los líderes del triunfo en la Champions League 2013 fue Bastian Schweinsteiger:
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