Joao Palhinha escondió la cara bajo la camiseta en señal de frustración, Joshua Kimmich maldijo y lanzó los brazos al aire con rabia. Frente al banquillo, Vincent Kompany se agachó horrorizado y se llevó las manos a la cabeza. Si no hubieran presenciado la mejor actuación del FC Bayern de la temporada en los 90 minutos anteriores, se les habría perdonado que pensaran que el disparo al larguero de Palhinha solo ante Kovar, el portero del Leverkusen, en el tiempo añadido, los había hundido a todos en la miseria más absoluta.
Pero no había lugar para la decepción, sino todo lo contrario: un FC Bayern desatado y muy decidido se imponía por 3-0 al Bayer 04 Leverkusen. Además, los campeones récord estuvieron en los últimos metros de la felicidad en este partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones contra los vigentes campeones de liga y copa. Con cada uno de los tres goles, todas las dudas tras los últimos seis partidos sin ganar contra el Bayer 04 se disiparon cada vez más y se desvanecieron en el aire.
Sin tiempo para autoelogios
«La primera parte está hecha, pero aún nos queda un segundo partido en Leverkusen», recordó Kompany más tarde. Por supuesto, el 3-0 (1-0) contra los visitantes, que no tuvieron ninguna oportunidad en la noche y parecían completamente intimidados, es una excelente posición de partida para el partido de vuelta del próximo martes. Pero: «Es importante que estemos igual de concentrados en el próximo partido», declaró el entrenador del FC Bayern: «Hoy hemos hecho muchas cosas bien y eso es exactamente lo que tenemos que volver a hacer la semana que viene, así que no hay tiempo para autoelogios».
Harry Kane también frenó la gran euforia que ya había cundido entre muchos aficionados en lo alto del cielo de la noche bávara de Fröttmaning debido a una noche casi perfecta contra el Leverkusen, que últimamente se había mostrado fuerte como un oso: «Es realmente un gran paso en la dirección correcta. Todos sabemos que últimamente hemos pasado apuros contra el Leverkusen», declaró el doble goleador: «La mitad del trabajo está hecho, pero la decisión se tomará la semana que viene y tenemos que mostrar la misma mentalidad que hoy».
El lenguaje corporal fue clave
Este lenguaje corporal, este carisma del FC Bayern fue clave en una noche mágica de Copa de Europa en el Allianz Arena. La concentración, la agresividad y la determinación absoluta del equipo se dejaron sentir en todo momento, hasta en la grada superior del Allianz Arena, donde la camiseta de Beckenbauer, de tamaño gigante, lució por primera vez bajo el techo del estadio. La determinación se correspondía allí arriba con la tremenda energía que había desprendido el público. Parecía como si la 'Südkurve' en particular, donde se sitúan los más fieles entre los fieles, hubiera levantado al equipo sobre sus hombros y lo hubiera llevado a través de este gran partido: Más ruidosos que de costumbre, más eufóricos, más poderosos, más masivos que de costumbre, los aficionados dieron literalmente alas a su FC Bayern. «Tenemos una gran afición y hoy nos ha ayudado mucho», declaró el defensa Dayot Upamecano en nombre de todo el equipo.
La fuerza que reverberó desde las gradas hasta el terreno de juego causó una gran impresión y caló hondo en el corazón de los visitantes. Incluso los más experimentados, como Jonathan Tah, tuvieron que admitirlo: «En general, el Bayern fue más intenso en los duelos, estuvo más atento y fue más gallardo», declaró el defensa internacional.
A los nueve minutos, el FC Bayern no sólo había marcado el primer gol de la noche, sino que lo había forzado: Michael Olise centró desde la derecha, Harry Kane llegó disparado y su cabezazo bien colocado fue a puerta para el 1-0. «Los detalles» habían decidido todos los encuentros hasta la fecha, incluido éste, analizó más tarde Vincent Kompany. Jonathan Tah también habló de los «pequeños detalles» que marcan la diferencia en la Liga de Campeones. Una de esas diferencias decisivas la marcó en el minuto 13 Manuel Neuer, que desactivó el único momento de descuido de la defensa del Bayern en este thriller de la Liga de Campeones, cuando Frimpong apareció delante de él con una parada de reflejos fulgurantes.
«Hoy hemos sido mejores que nuestros rivales en los duelos y hemos jugado con agresividad en ataque», declaró Dayot Upamecano: “Ha sido un partido muy, muy bueno por nuestra parte”. El Leverkusen sólo disparó tres veces hasta el pitido final, menos que ningún otro equipo de la competición reina esta temporada.
Un signo menos se convirtió en un signo más
El Leverkusen tuvo que sacudirse de nuevo a los 22 minutos: Jamal Musiala cabeceó un saque de esquina estrellándolo contra el larguero. Mientras que hace unas semanas el Leverkusen había controlado, dominado y, en ocasiones, diseccionado dolorosamente al FC Bayern en un empate a 0-0 en el BayArena en partido de liga, ahora todos los signos se habían invertido, como si un signo menos se hubiera convertido en un signo más, como en matemáticas. «Hoy hemos tenido muchas cosas en contra, pero ha sido culpa nuestra», admitió el entrenador del Leverkusen, Xabi Alonso, tras la primera derrota de su equipo en su séptimo partido oficial contra el FC Bayern. «Cometimos grandes errores, sobre todo en la segunda parte, así que ahora tenemos las peores cartas».
Primero, el guardameta del Bayer Matej Kovar dejó escapar de sus manos un centro relativamente inofensivo de Joshua Kimmich, que Jamal Musiala sólo tuvo que empujar para hacer el 2-0 (55'); después, el desafortunado Nordi Mukiele pisó el talón de Kingsley Coman y, en consecuencia, vio la segunda amarilla (62'). Con diez hombres, la mochila llena de ladrillos que el Leverkusen sentía cargar a sus espaldas en el Allianz Arena se hizo aún más pesada. Al mismo tiempo, la superioridad numérica avivó el entusiasmo del FC Bayern por el partido, que se combinó con un Leverkusen visiblemente noqueado y tambaleante para dar el último y decisivo golpe en la barbilla. Este trascendental golpe se produjo después de que Tapsoba sujetara con ambos brazos a Harry Kane en el área hasta hacerlo caer: el árbitro inglés Michael Oliver señaló el punto de penalti. Kane lo transformó con su confianza habitual y una precisión impresionante para hacer el 3-0 (75').
Y mientras tanto, el FC Bayern sufrió incluso un contratiempo: El cinco veces mejor guardameta mundial Manuel Neuer tuvo que ser sustituido por lesión inmediatamente después del 2-0, mientras que Jonas Urbig, fichado en enero procedente del 1. FC Köln de segunda división, debutó de forma impecable.
«Los goles, especialmente los dos últimos, y la tarjeta roja son muy desafortunados», dijo Jonathan Tah. Su entrenador recordó a todos la virtud básica más importante en el fútbol, levantarse y remontar incluso después de derrotas dolorosas: «Sólo se acaba cuando se acaba de verdad», dijo Xabi Alonso. Según el técnico, ahora hace falta un milagro en el partido de vuelta. Sin embargo, contra un FC Bayern con la determinación y la forma del miércoles por la noche, es seguro suponer que ni siquiera los milagros podrán conseguir mucho.
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