
Los uruguayos son generalmente considerados las personas más relajadas de Sudamérica, pero en el club de fans de Montevideo, no solo se enciende la barbacoa durante los partidos del FC Bayern. En 2019, la revista para socios «51» les visitó y vivieron de primera mano la pasión que se siente por el club bávaro más allá de sus fronteras.
Vanesa sale al jardín con una enorme cantidad de carne. Como invitados desde Europa, nos podríamos preguntar quién se va a comer todo, especialmente porque ya hay tantos chorizos chisporroteando en la barbacoa que algunos están a punto de caerse de la parrilla. Pero Gastón los reorganiza, haciendo espacio a una nueva tanda. «Acá en Uruguay siempre decimos que más vale que sobre a que falte, especialmente cuando se trata de comida», dice riendo. Vanesa, su esposa, ya está de regreso a la cocina para buscar más comida.
Unas horas antes, Gastón y Vanesa trasladaron todo lo que necesitaban a su pequeño jardín, un rincón verde de felicidad en las afueras de Montevideo: televisor, mesa, sillas. El clima es bueno, explicó Gastón. En otoño puede refrescar un poco en Uruguay, incluso por la tarde, pero hoy los rayos del sol son lo suficientemente cálidos como para quedarse afuera un rato. Además, ¿para qué se inventó el mate?

Es omnipresente. El visitante es consciente de que la gente en Uruguay se encariña físicamente con su matera y la llevan consigo a todas partes. A los conductores se les ha prohibido oficialmente beberla al volante debido a que se han causado muchos accidentes por estar pendiente del mate. Así que Vanesa comienza poniendo mate en la mesa del jardín para todos. En una hora, el decisivo partido del FC Bayern contra el Leipzig comienza en la lejana Alemania. Con cinco horas de diferencia horaria, la retransmisión aquí es a mediodía. Gastón y Vanesa nos han invitado a ver el fútbol juntos. El club de fans «FC Bayern Uruguay» estará presente.
Gastón acaba de fundarlo. Hay 23 miembros oficiales, diez de los cuales han anunciado su intención de unirse a la fiesta. Es el primer y único club de fans del campeón récord alemán en Uruguay, donde la gente ama el fútbol, pero generalmente solo sigue a clubes locales o a algún club internacional si cuentan en sus filas con futbolistas uruguayos. «La gente aquí es muy patriota», dice Gastón, «y como el FC Bayern aún no ha fichado a un jugador de aquí, no son tan conocidos». El joven de 30 años lleva siendo hincha del conjunto muniqués durante más de 17 años, más de la mitad de su vida. Su familia tiene raíces italianas, son hinchas de la Roma, pero cuando vio a Alemania vencer a Arabia Saudita 8-0 en el Mundial de 2002, el fútbol alemán conquistó su corazón.
Aún queda espacio para tatuarse el «Mia san mia»
El joven Gastón tuvo que tomarse un día libre en la escuela cuando los alemanes no dejaba de marcar un gol tras otro en la lejana Sapporo. Anotó la alineación y estudió la plantilla de la Copa del Mundo: Kahn, Linke, Ziege, Hamann, Jeremies, Jancker, Ballack; todos tenían algo que ver con el FC Bayern. Ese día, la conciencia futbolística de Gastón Lattore Figueroa se despertó, y esencialmente cambió algo más que su enfoque del juego. El hecho de que estudiara la plantilla de la Selección de Alemania al detalle es algo que continúa haciendo hasta el día de hoy. Ahora trabaja como controlador en la empresa de comunicaciones más grande del continente, donde sus colegas lo llaman «El Alemán».

Vanesa sale con un nuevo cargamento de carne. Mientras tanto, Alejandro, el primer invitado y, por supuesto, miembro del club de fans, se ha hecho cargo de la barbacoa y se ha quitado la camiseta del FCB para que no huela a leña. Supone que Gastón debe haber tenido antepasados alemanes, dado lo meticuloso que es con su FC Bayern. Vanesa asiente. Lo conoce desde hace más de ocho años. Al principio no sabía nada de fútbol, pero hace tiempo que se unió a su pasión. Se casaron el 19 de mayo de 2018. Gastón se hizo un tatuaje de la fecha y se le ha quedado en la memoria por dos razones: el Bayern también perdió la final de Copa contra el Eintracht Frankfurt ese día. «Gastón lloró en nuestra boda, pero no por mí», dice Vanesa entre risas. «Aún así, estuvo de buen humor el resto del día».
Mientras tanto, el partido está en marcha y la primera carga de asado ha desaparecido en los estómagos de los invitados, acompañado de queso fundido vertido en una lata. Al mirar a Gastón, la relajada actitud latina que caracteriza a la gente de Uruguay ha desaparecido. Con beber mate y hacer barbacoas es suficiente, dicen aquí. Y si quieren iniciar una revolución en Argentina, que lo hagan. De este lado del Río de la Plata, la vida simplemente continúa. Pero Gastón no es un uruguayo tranquilo ni un alemán reservado durante un partido del Bayern. «Habla con los jugadores como si lo oyeran por la tele», dice Vanesa, siempre atónita. En verano, una vez fueron a la óptica ya que necesitaba gafas. Pero su móvil no dejaba de vibrar, hasta que ella se quejó de quién le enviaba esos mensajes tan molestos. Resultó que eran sus actualizaciones en directo; el Bayern jugaba contra el Mainz y el dispositivo no paraba de vibrar durante la victoria por 6-1. De repente, Gastón no podía apartar la vista de la pantalla del móvil. Pero acabó comprándose unas gafas nuevas. La valía cualquiera.

Con el marcador de 1-1 al descanso, hay una encuesta en el jardín: ¿Qué tiene de especial el FC Bayern? El Bayern es el mejor club del mundo, dice Facundo. Manuel Neuer es el mejor portero del mundo, dice Maximilian, que es portero de River Plate Montevideo y de quien Alejandro dice: «¡Es tan bueno como Neuer! ¡Lleváoslo al Bayern, os lo demostrará!». Gastón muestra sus brazos tatuados: la fecha de la boda aquí, los nombres de sus abuelas Olga y María allá, la Pasión de Cristo en otro lado y aún hay espacio aquí: pronto me tatuaré el «Mia san mia». Un amor por el Bayern que se te incrusta bajo la piel.
Olvídaos de la «garra charrúa»: en la actualidad, la clave es la táctica
En general, el fútbol está profundamente arraigado en la cultura uruguaya. Desde 1924 hasta 1930, la Selección de Uruguay ganó cinco trofeos importantes en solo seis años: la Copa América y el oro olímpico en dos ocasiones cada uno, así como la primera Copa del Mundo en 1930, que se celebró a orillas del Río de la Plata en aquel entonces. Cuando los uruguayos viajaron a Europa por primera vez en 1924 para jugar al fútbol en los Juegos Olímpicos de París, sus oponentes, Suecia, enviaron espías a sus entrenamientos. Los sudamericanos llevaban las botas mal puestas, la sesión fue horrible y el engaño funcionó. Al día siguiente, los espías quedaron absolutamente asombrados cuando su equipo fue goleado 6-1. En Uruguay, todavía se ríen de la broma. Hasta el día de hoy, llaman a esta historia «La Resurrección».
En Uruguay, a la gente le encanta «la lucha» en el fútbol, explica Gastón al comenzar la segunda mitad. La lucha todavía caracteriza el estilo de aquí, y la gente se refiere a ella como «garra charrúa», llamada así por la resistencia que mostraron los indígenas ante la llegada de los colonizadores europeos en el siglo XVI. Gastón no tiene mucho tiempo para eso, explica. «El fútbol de hoy es mucho más que pelear. Se necesitan tácticas, tácticas, tácticas. Me gusta pensar».

Debajo de la mesa, Violeta, la perra, espera pacientemente a que caigan algunos trozos de carne, mientras que a su alrededor, el club de fans «FC Bayern Uruguay» espera a que los muniqueses marquen. En vano. El partido termina en empate 1-1 y la victoria se esfumó. Sin embargo, Gastón canta con alegría la música que suena en la radio del coche. «Ha sido un buen día para nuestro joven club de fans. Seguiremos creciendo», dice. Un león de peluche en el salpicadero causa algo de confusión: ¿sabría que se parece al del escudo del TSV 1860, el archirrival del FC Bayern? «No, no», dice Gastón riéndose. «Es un doble de Berni, un regalo de Vanesa». Ella sabe lo que está bien. Además de montañas de carne para el asado, también hay una gran porción de amor por el FC Bayern. Y es preferible que sobre a que falte.
Sobre Uruguay, un país que ama el deporte
- Con 3,5 millones de habitantes (1,5 millones viven en la capital, Montevideo), Uruguay es el décimo país más grande de Sudamérica, pero no es un pez pequeño.
- Dos delanteros míticos, un mismo lugar de nacimiento: Luis Suárez y Edinson Cavani, ambos nacidos en Salto, una ciudad de 100.000 habitantes.
- El deporte nacional del asado: El asado más grande del mundo tuvo lugar en Minas en 2017. Alrededor de cien cocineros prepararon 16,5 toneladas de carne.
- El Clásico uruguayo: 12 de los 16 clubes de la máxima categoría juegan en Montevideo. El duelo entre los dos clubes con más títulos, Peñarol y Nacional, es el más caliente del país.
- Peñarol jugó un amistoso contra el FC Bayern en abril de 1927. Unas 30.000 personas vieron en vivo a los locales ganar 2-1 en el Grünwalder Stadion al conjunto uruguayo. Los goleadores del Bayern fueron Josef Pöttinger y Ludwig Hofmann
- Uruguay ganó la primera Copa Mundial de fútbol en el Estadio Centenario en 1930. Su segundo gran triunfo llegó en 1950 en Maracaná. También cuenta con cuatro títulos de la Copa América.
El artículo apareció en la revista para socios 51 en 2019 y se recuperó en la versión especial digital que se publicó en inglés con motivo del 120 aniversario del club.
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