Cuando el FC Bayern deja escapar en el último segundo una victoria que parecía segura, no es realmente motivo de celebración para nadie que apoye al campeón récord alemán. Sin embargo, Thomas Müller atravesó el campo inmediatamente después del pitido final (3-3) en el campo del RB Leipzig con una gran sonrisa en la cara, se unió a sus compañeros e incluso contagió su alegría a los aficionados del FC Bayern presentes en las gradas. Al fin y al cabo, el veterano futbolista sabía lo importante que era incluso sumar un solo punto para el gran objetivo de la temporada.
¿Campeones o no? ¡Algo intermedio!
Por supuesto, aún no es oficial, pero «de alguna manera ya nos sentimos campeones», dijo Müller, algo intermedio, dada la ventaja de nueve puntos sobre su más inmediato perseguidor, el Bayer 04 Leverkusen, en la carrera por el título. Aunque el Werkself aún tiene que jugar este fin de semana en Friburgo, es difícil creer que el Leverkusen pueda adelantarle en los dos partidos restantes, dada su diferencia de 30 goles. «No creo que el Leverkusen gane otros tres partidos por 7-0 y nosotros perdamos otros dos por 0-5», declaró Joshua Kimmich. El director deportivo Christoph Freund también disfrutó del «espectáculo» de Leipzig, como él mismo lo calificó. «Es una pena que aún así hayamos acabado 3-3. Pero de todas formas fue un gran partido de fútbol», dijo el austriaco: “Y sí, prácticamente somos campeones”.
Sin embargo, durante mucho tiempo, no parecía probable que el Bayern fuera a dar este gran paso hacia su 34º campeonato. Con una desventaja de 2-0 en los primeros 45 minutos, gracias a los goles de Benjamin Šeško (minuto 11) y Lukas Klostermann (39'), la actuación del conjunto muniqués fue al principio de todo menos magistral, antes de darle la vuelta al marcador. «Jugamos una primera parte muy discreta. Pero luego remontamos de forma brillante», explicó Max Eberl. Para el director general deportivo, los aspectos positivos acabaron pesando más que los negativos: «Vemos el vaso medio lleno, ya que remontamos tras ir perdiendo 2-0».
El doblete más rápido desde que se recopilan datos
¡Y de qué manera! Tras el descanso, el equipo de Vincent Kompany pareció otro y asedió la portería local. Al cabo de poco más de una hora, los muniqueses obtuvieron premio a su esfuerzo, impulsados por el potente Michael Olise, que, al igual que sus compañeros, recuperó su habitual contundencia en la segunda parte tras un primer tiempo irregular. Primero, el francés asistió a Eric Dier en un saque de esquina (62'), quien anotó de cabeza el 2-1, antes de que el propio Olise hiciera el empate instantes después. El Leipzig recibió el primer gol cuando Aleksandar Pavlović, Serge Gnabry y compañía recuperaron el balón y propiciaron el tanto de la igualada, obra de Olise. Sólo pasaron 46 segundos entre ambos goles: ningún equipo lo había hecho tan rápido desde que se registran estos datos en la Bundesliga (desde 1991).
Al igual que la fuerte lluvia que empezó a caer en Leipzig, una avalancha muniquesa arrasó el estadio. Los visitantes acumularon 9 disparos tras el descanso por 0 del rival, hasta que Xavi Simons, del Leipzig, pudo aumentar el ritmo ofensivo de los locales con un lanzamiento de falta, a la postre inofensivo, en el 74'. A pesar de la multitud de ocasiones del FC Bayern, el RB sólo encajó un solo gol más más cuando Leroy Sané parecía haber hecho el 2-3 definitivo en el minuto 83. Sin embargo, el partido tuvo un giro final y Yussuf Poulsen (90'+4) marcó en el tiempo añadido para transformar al FCB de campeón absoluto a casi campeón.
Si el Leverkusen no cede más puntos, el Bayern tendrá ahora que disipar las últimas dudas sobre la posibilidad de ganar por sí mismo el título en las dos jornadas restantes. A la vista de su mejor rendimiento en Leipzig, están más que capacitados para hacerlo. «El equipo siempre creyó en sí mismo a pesar de la desventaja de dos goles, y eso demuestra el potencial de la plantilla y lo vivo que está», elogió Vincent Kompany. Como entrenador, siempre busca la perfección, algo que no ocurrió en la primera parte, pero «al final, la tarde de fútbol fue casi perfecta», analizó el técnico de 39 años, y añadió: «En la segunda parte, quizás vimos los mejores momentos de la temporada».
La fiesta queda aplazada para celebrarla en casa
Estos no serán los últimos grandes momentos de la temporada: el Bayern quiere celebrar el título junto a su afición en el Allianz Arena la próxima semana, después del partido que disputará en casa contra el Mönchengladbach.
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