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© Illustration: Nazario Graziano

Klaus Augenthaler felicita a Jupp Heynckes por su 80 cumpleaños

Jupp Heynckes entrenó al FC Bayern en cuatro ocasiones, y siempre estuvo ahí cuando se le necesitó. En su 80 cumpleaños, el próximo 9 de mayo, cuatro compañeros recuerdan grandes partidos, momentos especiales y a un hombre extraordinario que les marcó de por vida gracias a su corazón y a su actitud. Parte 1: Klaus Augenthaler.

Querido Jupp,

Nuestro primer encuentro fue sobre el terreno de juego. Tú como delantero del Borussia Mönchengladbach, yo como defensa del FC Bayern. Tengo que decirte que no era nada agradable jugar contra ti. Porque eras un gran delantero. Totalmente inteligente, rápido de cabeza, y la forma en la que protegías el balón... Pero siempre justo, sin las trifulcas verbales a las que estábamos acostumbrados contra otros rivales. Diez años más tarde, fuiste mi entrenador en Múnich, y al principio te sentías incómodo. Antes, con Udo Lattek, había mucha permisividad, disfrutábamos de mucha libertad, dentro y fuera del campo. Tú eras completamente diferente, exigías disciplina y profesionalidad, tenías ideas claras que querías poner en práctica. Querían cambiar muchas cosas muy deprisa, quizás demasiado y demasiado rápido. En cualquier caso, el primer año no nos entendimos al 100%.

Klaus Augenthaler y Jupp Heynckes hablan en el campo de entrenamiento del FC Bayern
Klaus Augenthaler y su entrenador Jupp Heynckes: «Mejoramos a partir de la segunda temporada». | © Imago

A partir de la segunda temporada, ambos nos llevamos mejor a nivel personal. En la pretemporada de verano, íbamos juntos a jugar al tenis. Después, disfrutábamos de una cerveza y un aperitivo. Al día siguiente volamos a Londres para un torneo de preparación, en el que sólo pudimos quedar terceros. Después te culpaste por lo del tenis. Pero yo te dije que no habías hecho nada malo. Sólo era un torneo de pretemporada. Nuestra relación fue mejorando. Yo diría que los dos dimos un paso hacia el otro, tú hacia el equipo, el equipo hacia ti. Sobre el terreno de juego, nos dimos cuenta cada vez más de lo que tenías en mente. Y te relajaste un poco más. Recuerdo las veces que me dijiste que si me gustaba fumar cigarrillos. Llegó un momento en que dije: «Míster, voy a dejarlo ya». Unos días después, tuve que parar en un semáforo de camino al entrenamiento, y no me di cuenta: Estabas en el coche que estaba detrás mía. Y te diste cuenta de que volvía a fumar. Te enfrentaste a mí en la Säbener Straße. Me puse rojo y me sentí culpable. Pero entonces te reíste. Fue entonces cuando me di cuenta de que no eras tan inflexible como al principio.

Unos años más tarde, en la primavera de 1990, estaba a tu lado en el balcón del ayuntamiento, en el acto de entrega del título de la Bundesliga, cuando prometiste a los aficionados que al año siguiente ganarías la Copa de Europa. Casi se me cae la Ensaladera de la sorpresa. Fue entonces cuando la euforia pudo contigo. Pero casi salió bien. Llegamos a semifinales, donde marqué aquel fatídico gol en propia puerta junto a Raimond Aumann en el partido de vuelta contra el Estrella Roja de Belgrado. Aquello fue muy amargo y nos dolió a todos.

Klaus Augenthaler y Jupp Heynckes en mayo de 1990 en las celebraciones del campeonato del FC Bayern en el balcón del Ayuntamiento de la Marienplatz de Múnich.
Klaus Augenthaler y Jupp Heynckes en mayo de 1990 en las celebraciones del campeonato del FC Bayern en el balcón del Ayuntamiento de la Marienplatz de Múnich. | © Imago

En líneas generales, sin embargo, fue una época exitosa. Fuimos campeones en dos ocasiones, llegamos a semifinales dos veces en la Copa de Europa y una vez en la Copa de la UEFA. Más tarde, en el Real Madrid y en el Bayern, demostraste lo extraordinario que eras como entrenador. No sólo eras un trabajador muy profesional y meticuloso, sino que también eras siempre muy humano. Nunca he conocido a otro entrenador que se ocupara tanto de los jugadores que estaban sentados en el banquillo. Hablaba mucho con ellos y nos hacía comprender lo importantes que eran para el equipo.

Otra cosa que siempre aprecié de ti fue que siempre eras sincero. Por supuesto, eso a veces podía ser doloroso, pero siempre tenías buenas intenciones. Entiendo perfectamente por qué Uli Hoeneß siempre dice que su mayor error fue despedirte entonces. Para tu 80 cumpleaños, te deseo al menos otros 20 años de salud. Lo conseguirás, nunca has fumado.

Klaus Augenthaler

Este texto procede del número actual de la revista del FC Bayern «51»: