
Quedaban solo 13 minutos en el reloj… y llegó un momento icónico. Serge Gnabry puso un centro sutil al corazón del área, donde Luis Díaz se elevó en soledad hacia la noche suaba. El nuevo fichaje procedente del Liverpool conectó el balón con el hombro, con la cabeza, con ambas partes quizás… y desde ahí voló, perseguido por 60.000 miradas atónitas en la Arena de Stuttgart, directo hacia la gloria bávara: 0-2.
Primer gol con su nuevo club

El primer gol del colombiano con su nuevo club. Luis Díaz puso el broche de oro a una final especial, la primera que llevó el nombre de Supercopa Franz Beckenbauer, en honor al mayor futbolista alemán de todos los tiempos. Su cabezazo no solo empujó con fuerza la puerta que Harry Kane había entreabierto en el minuto 18 con el 1-0: la arrancó de cuajo. El gol del VfB en el 90’+3 no fue solo tardío, fue demasiado tarde. «Teníamos la oportunidad de empezar con un título, ese era nuestro objetivo», reconoció Vincent Kompany, entrenador del FC Bayern.
El FC Bayern se había visto envuelto en una batalla dura, intensa y apasionante ante el campeón de Copa. Un duelo repleto de choques físicos, luchas aéreas y a ras de suelo, carreras al límite y ocasiones claras… en ambos lados del campo. Y todo ante un VfB Stuttgart agresivo y creciente, que fue ganando presencia con el paso de los minutos. «En Stuttgart nunca es fácil, pero vinimos y cumplimos», valoró después Vincent Kompany. Pero hubo otro factor clave: el impresionante Manuel Neuer. En su undécima Supercopa, el capitán fue decisivo en múltiples ocasiones. Como justo antes del 2-0, cuando Jamie Leweling soltó un disparo seco desde 18 metros que, desviado por Dayot Upamecano, cambió su trayectoria en el aire. Neuer reaccionó con un reflejo de otro mundo, levantando el brazo izquierdo para desviar el balón. Ya en la primera parte, el guardameta había dejado dos intervenciones magistrales: primero ante un remate a quemarropa de Deniz Undav (min. 23) y, segundos después, ante el inagotable Nick Woltemade (min. 24), el más peligroso en el ataque del Stuttgart.
Más decidido, más din ámico, más concentrado

«Quiero ayudar al equipo y tener éxito», declaró Manuel Neuer con su habitual humildad. «Hoy lo hemos logrado. Era una final. Y Stuttgart es un rival muy difícil de enfrentar». Durante los primeros minutos, al conjunto local le costó mucho contener las oleadas ofensivas del FC Bayern. El campeón se mostró más decidido, más dinámico, más concentrado. Una y otra vez los atacantes bávaros se lanzaban hacia la portería del VfB, aunque solo en una ocasión lograron finalizar con acierto: un balón desde la derecha de Michael Olise fue interceptado torpemente por Luca Jaquez, cuyo intento de despeje acabó en bandeja para Harry Kane. El inglés no perdonó: remate raso y ajustado al palo para poner el merecido 0-1.
Un peso menos...
Curiosamente, ese gol despertó al VfB. Como si se quitara de encima una mochila cargada de respeto y nervios ante un Bayern lanzado, Stuttgart se desató, empezó a jugar con más valentía y llegó con peligro. Especialmente por la banda de Chris Führich, los locales hilvanaron por primera vez jugadas combinativas en ataque. El resultado fueron dos claras ocasiones… que solo un Neuer en estado de gracia pudo evitar.

Stuttgart notó que el FC Bayern, apenas 17 días después de iniciar la pretemporada, podía ser vulnerable. Aun así, los bávaros dominaron la primera parte, aunque les faltó ampliar la ventaja. Konrad Laimer lo intentó con una vaselina demasiado alta, y Michael Olise también estuvo cerca con un remate de cabeza. El partido subía de temperatura: tras un excelente pase en largo de Manuel Neuer para Laimer, el austriaco fue frenado en seco para evitar el segundo gol…
Una falta que encendió todo
La infracción encendió la tensión, elevó la intensidad y le echó gasolina al fuego ya encendido de la final. «Hoy no solo se trataba de un título, también de demostrar que estamos aquí», explicó Joshua Kimmich: «Y lo hicimos bien». El duelo se volvió aún más físico, con duelos constantes entre los «torres» del VfB como Nick Woltemade y su atento marcador Dayot Upamecano. Si el francés no llegaba, ahí aparecía Jonathan Tah. La defensa del Bayern se mantuvo firme y frustró una y otra vez los intentos ofensivos del Stuttgart, mientras que Harry Kane estuvo a punto de sentenciar con un disparo escorado que obligó a Fabian Bredlow a intervenir.
«Siempre será algo especial»
La ventaja del Bayern seguía siendo mínima… y tembló de verdad cuando Jamie Leweling soltó un disparo peligroso que Neuer desvió milagrosamente. Solo se estabilizó cuando Gnabry puso un centro suave y preciso que encontró a Luis Díaz, que cabeceó el 2-0. «Este título es especialmente importante porque es la Supercopa Franz Beckenbauer», cerró Vincent Kompany. «Para el Bayern, siempre será algo especial».
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