La afición del Bayern digirió rápido la decepción del empate en casa del FC Augsburg (2-2) y cerca de 1.100 aficionados acudieron el domingo por la mañana al entrenamiento a puertas abiertas en la Säbener Straße, donde pudieron fotografiarse y pedir autógrafos a los miembros del primer equipo, lo que indudablemente ayudó a mejorar el ánimo de los jugadores.
Lo cierto es que el sábado el Bayern tuvo que afrontar dos contratiempos. A los dos puntos que se quedaron en Augsburgo -lo que frustró el asalto al liderato- se le añade la grave lesión de Niklas Süle. "Le mando mucha fuerza", le deseó David Alaba en nombre de toda la plantilla cuando se dio a conocer el diágnostico: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
Lewandowski sigue firmando récords
En Augsburgo el Bayern supo reponerse a la conmoción de la primera fase del partido, cuando Süle tuvo que abandonar el campo a los 12 minutos y el FC Augsburg iba ganando gracias al madrugador gol de Marco Richter (1'). Robert Lewandowski fue el encargado de canalizar la respuesta con el tanto del empate tras un centro de Serge Gnbabry (14'), un gol que además le permite escribir otro capítulo en los libros de historia. El internacional polaco vio puerta en cada una de las primeras ocho jornadas, por lo que igualó el récord histórico en el campeonato establecido por Pierre-Emerick Aubameyang en la temporada 2015/16.
Desde ese momento los hombres de Niko Kovač asumieron el control y Gnabry en el 49' dio la vuelta al marcador con una excelente jugada personal y dispuso de numerosas ocasiones de ampliar la ventaja. "Hicimos un buenísimo partido, lo controlamos todo el tiempo. Al final tuvimos ocasiones clarísimas, si las hubiéramos aprovechado, hubiera sido una goleada. Pero lo hemos desaprovechado", lamentó el jugador. Así, el Bayern terminó encajando un gol en contra en el tiempo añadido (Finnbogason en el 91') y se despidió de celebrar otro gol y una victoria.
Dominio también de la estadística
"Tener tantas ocasiones y desaprovecharlas es complicado de explicar", explicó molesto Kovač tras el partido. "Hoy somos nosotros los culpables. Teníamos que haber ganado este partido", razonó Gnabry.
Hasan Salihamidžić echó mano de la estadística para demostrar el dominio del Bayern: "Un 78 por ciento de posesión, numerosas ocasiones claras, 24 disparos. Son cifras muy claras". Sin embargo, el director deportivo del Bayern no rehuyó la autocrítica. "A todos nos decepciona nuestra efectividad", apuntó. "Tenemos que seguir trabajándola".
Sin embargo, no hay mucho tiempo para ello. El lunes por la mañana el Bayern tomará un avión a Atenas, puesto que el martes se enfrentará al Olympiacos El Pireo en el tercer partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Manuel Neuer, capitán del equipo, considera que el cambio de escenario puede resultar positivo. "Siempre es bueno después de este tipo de partidos, en los que se ha bajado el rendimiento, volver a centrarse en otros objetivos". Para Neuer resulta clave dejar atrás la "frustración" del partido en Augsburgo. Cercana se siente todavía la goleada endosada al Tottenham (2-7), cuando dejó claro que el FCB mantiene perfectamente afilado el instinto goleador.
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