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20 años de la "ayuda vecinal" para ganar la Bundesliga

El 20 de mayo del año 2000, el SpVgg Unterchaching le prestó una ayuda inolvidable a su vecino. Venció en la última jornada al Leverksusen y el FC Bayern de convirtió en campeón. La revista "51" viajó hasta esa fecha hablando con los protagonistas. 

CALENTAMIENTO 

Uli Hoeneß: "Soy siempre optimista, pero en aquella mañana no tenía mucha seguridad. Al Leverkusen solo le bastaba con un empate. Al Haching le habíamos prometido invitarle a salchichas y cervezas, pero la creencia de que hoy se podía conseguir, era relativamente pequeña". 

Markus Oberleitner (Atacante del SpVgg Unterhaching): "Si no hubiera sido la última jornada, no habríamos tenido ninguna oportunidad. El Leverkusen era muy fuerte. Para nosotros, ese partido era un trámite. Habíamos conseguido la permanencia hace tiempo, algo en lo que pocos habían confiado. Sabíamos que el fútbol alemán iba a mirar el Sportpark. Fue una epopeya, pero nos alegramos mucho. Presión no teníamos ninguna, pero una cosa es la que no podía pasar: Que el Leverkusen nos goleara en nuestro propio estadio en el final de la temporada". 

Carsten Jancker: "Ese día, desde que nos levantamos, estaba clara una cosa: Queremos cumplir con lo nuestro. Sabíamos que necesitábamos goles rápidos contra el Bremen para meter presión. En Unterchaching no te regalaban nada. Y si empezábamos pronto, el Leverkusen iba a empezar a pensar..."

EN EL ESTADIO

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El Sportpark de Unterhaching registró un lleno hasta la bandera aquella jornada.

Markus Oberleitner: "Nuestro entrenador Lorenz Köstner no dijo mucho más en el vestuario: '¡Pasádlo bien, disfrutadlo, este es vuestro público, os lo habéis merecido!' Teníamos que dar todo lo que teníamos una vez más. El Sportpark había vendido todas las entradas. Te contagias de este ambiente y solo sientes alegría". 

Carsten Jancker: "Nuestra historia comienza un año antes, con el triste 2-1 contra el Manchester United en la final de la Liga de Campeones en Barcelona. Eramos un equipo que quería morder, que tenía hambre. Había muchos grandes egos, algo normal en un equipo con tantos internacionales, pero en el terreno de juego eramos un grupo unido: Kahn en la portería, Andersson, Linke, Effe, Fink, Paulo, Bixente, Brazzo, Scholli, Zico, Babbel con su último partido con nosotros, Jerry estaba en la grada lesionado, Kuffour no pudo jugar... Teníamos a muchos lesionados aquel día, pero todo eso no cuenta. Era la última jornada, había una mínima oportunidad. Estas en tensión". 

UN INICIO SOÑADO

Carsten Jancker: "Recientemente vi de nuevo la final contra el Manchester United, en eso soy un masoquista. Pero, después de esa vivencia, sabíamos que siempre vas a tener una oportunidad. Segundo minuto, Babbel centra desde la derecha y yo estoy en el segundo palo. De alguna manera la empujé, no sé exactamente cómo, desde poca distancia. El 2-0 diez minutos después fue aún más sencillo. Otra vez de cabeza, encogido, un rebote tras un remate al larguero de Paulo Sérgio. Paulo anotó cuatro minutos después el 3-0. A partir de ese momento, estaba claro: Íbamos a conservar esa victoria". 

Uli Hoeneß: "Para el Leverkusen, psicológicamente, aquello no fue lo óptimo. A partir de ese momento, nada podía salirses mal. Nosotros siempre tuvimos una buena relación con el Unterchaching, hasta hoy sigue siendo así, el presidente Manfred Schwabl lo hace genial. Para el Haching aquello fue una oportunidad magnífica para hacer historia. Sabíamos que si ellos tenían una oportunidad, iban a intentarlo todo". 

Markus Oberleitner: "Todo no lo estaba saliendo bien al Leverkusen. Jugábamos con valentía y notamos que podíamos mantener ese nivel. Enfrente estaban Ballack, Emerson, Zé Roberto, Kirsten, Nowotny, todos grandes jugadores. Pero incluso jugadores de talla mundial tienen días en los están más preocupados por sus asuntos. Y esto lo sufre todo el equipo". 

GOL EN PROPIA DE BALLACK

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Michael Ballack se anotó un autogol en el minuto 20.

Reiner Calmund: "¡El mejor jugador de aquella temporada se marca el 1-0 en propia a los veinte minutos! Incluso hoy en día sigo escuchando a Dj Ötzi con su "Anton aus Tirol'. Los aficionados del Haching le dieron tantos golpes a las placas en los goles que la gente del Olímpico tuvieron que escucharlas también. Durante muchos años, no pude escuchar el Anton aus Tirol". 

Carsten Jancker: "Si alguien me pregunta hoy lo que más recuerdo, es ese murmullo en las gradas del Estadio Olímpico: Primero había murmullos, entonces se fue intensificando, como el fuego... ¡Y entonces llegó la explosión! Entonces no había smartphones, ningún chat. Solo había radio. No se ya si se informó del marcador de Unerchaching o si se puso en el marcador, pero aún recuerdo que el ambiente del estadio se volvió loco. Yo lo celebraba más o menos con un 80% de emoción. Poco antes del descanso, tuve que salir por una lesión muscular. Me fui al vestuario y me quedé sentado allí. No podía salir. Estaba solo, escuchaba y esperaba". 

Uli Hoeneß: "En el banquillo teníamos línea directa con Unterchaching y nos enterábamos unos 30 segundos antes que la gente de las gradas lo que pasaba en el Sportpark. Entonces te echas en el asiento y esperas cómo reaccionan los aficionados. Hasta ese momento, las celebraciones aún eran comedidas". 

OBERLEITNER ANOTA EL 2-0

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Cuando apareción en el marcador el 2-0 del Haching al Leverkusen, la alegría de los aficionados del Bayern no tuvo límites.

Markus Oberleitner: "Un contragolpe. En realidad, yo ya no quería entrar al área, pero Jochen Seitz tenía la pelota en la izquierda en la zurda, de ahí normalmente no hubiera salido nada. Pero la puso suavamente, yo prolongué de cabeza, poste y dentro. Hubo suerte. Pero fue una bonita jugada. Mis amigos de Austria me siguen llamando hoy en día "aleteo de mariposa" por mi celebración". 

Uli Hoeneß: "En ese gol, el Olímpico explotó. Era como un infierno. Pero yo lo tenía claro: Nos esperan 18 intranquilos minutos. El Leverkusen tenía un equipazo. Siempre podía pasar algo. Seguí temiendo". 

CELEBRACIÓN CONJUNTA

Reiner Calmund: "Por la noche, aún en suelo muniqués, en el aeropuerto, sonó mi móvil: Uli Hoeneß. Me dijo que, naturalmente estaba contento, pero también le dio pena. Eso es algo que siempre he valorado del Bayern y de él: El estilo. Hemos perdido a muchos jugadores con destino Múnich, pero cada negociación fue justa. No me queda otra que mostrar mi respeto por Uli, en el mundo del fútbol no va haber nadie que alcance más cosas. Diez años antes me dijo que la directiva del Bayern tenía que ser rejuvenecida hasta el máximo estamento. Ya lo estaba planeando en aquel entonces. Y ahora, junto a Karl-Heinz Rummenigge, Jan Dreesen, Andy Jung y Jörg Wacker, en las figuras de Oliver Kahn, Hasan Salihamidzic y Herbert Hainer tienen a gente de clase mundial en los puestos importantes. Hipp, Hipp Hurra. No se puede igualar un elenco así". 

Uli Hoeneß: "Fue una de nuestras celebraciones más bonitas. Muy espontánea. El catering tuvo que poner más comida y bebida. En el balcón del Ayuntamiento teníamos una pancarta en la que ponía 'Gracias Unterchaching'. Por la noche, los jugadores del Haching vinieron a nuestra celebración en la 'Alte Gärtnerei' en Taufkirchen. Fue un milagro que se impusieran a ese equipo del Leverkusen, había que mantearlos por haberse involucrado tanto en los 90 minutos. Aún recuerdo que hacía frío, la calefacción no acompañó, pero ninguno pasó frío. Que llamara a Reiner Calmund fue un acto de deportividad. Tenemos una gran relación y, después de lo que Manchester hacía un año, sabíamos lo difícil que es fracasar a tan pocos metros de la meta". 

Markus Oberleitner: "De nosotros, ninguno abandonó el Sportpark. El Leverkusen se fue rápido, nos compadecímos cuando vimos cómo lloraba Daum en los brazos de su hijo. Fue una situación rara: Nosotros celebrando y a la misma vez, a tu lado, a otro se le cae el mundo encima. Hasan Salihamidzic nos invitó a la celebración del Bayern. Aún conocía a algunos jugadores porque jugué una temporada allí. Mi pasado en el Bayern no jugó un rol directo en mi gol, pero, naturalmente, hay algo que nos une. Paul Breitner fue antes mi vecino, de niño jugaba en su jardín, fue un mentor para mi. Fue una gran historia. Se cerró un círculo". 

El reportaje completo (en alemán) lo pueden leer en la revista „51“.

Un año después, el Bayern volvió a ganar otra liga con suspense. Ayer se cumplieron 19 años de aquel legendario gol de Patrick Andersson en Hamburgo.