El pequeño jovencito se encontraba fuera del terreno de juego. Al igual que todos los niños de la aldea, mira atentamente lo que ocurre en el césped. Herzogenarauch, entre finales de los años sesenta y principios de los setenta: Un entrenamiento de exhibición del Bayern de Múnich. Este mismo chico sabe jugar muy al fútbol, aunque está impresionado de ver a todas estas estrellas desde tan cerca. "Lo mirabas todo atentamente cuando eras un niño, fue impresionante“, recuerda. En realidad, en aquella época era fanático del Borussia Mönchengladbach, aunque acabó pidiéndole un autógrafo a Gerd Müller, así como a Sepp Maier, Uli Hoeneß y, como no, a Franz Beckenbauer. Muchos años después, este jovencito le contó esa historia al Káiser, aunque lo del autógrafo se lo había guardado hasta hoy. Unos años más tarde, su firma se convertiría también en algo preciado. El nombre de ese chico era Lotthar Matthäus.
De Giesing a ciudadano del mundo
Esta anécdota encarna muy bien la de décadas que Franz Beckenbauer lleva impresionando a los aficionados al fútbol y la forma en la que ha marcado al fútbol alemán. Cuando Matthäus era solo un niño, el Káiser ya llevaba años siendo un héroe. Hoy cumple 75 años. "Creo que el fútbol alemán tiene tanto que agradecerle como a ninguna otra persona“, comenta Uli Hoeneß. "Gracias a él, este país ha ganado mucho renombre e imagen. Opino que ha recibido muy poco reconocimiento últimamente por todo ello“.
Con el Beckenbauer jugador comenzó una nueva cultura futbolística en Alemania. Antes de él, tal y como recuerda el actual presidente, Herbert Hainer, el fútbol se basaba en el trabajo, sudor, camisetas sucias y luchas. "Con su porte y elegancia, Franz transmitía una nueva facilidad para jugar. Se movía por el terreno de juego como un señor“. Las imágenes de cómo empezó a hacer historia con 20 años el Mundial de Inglaterra de 1966, de cómo manejaba el balón con un hombre vendado… "Aún se me pone la piel de gallina“, reconoce Hainer.
Pionero del fútbol alemán
Esa forma de jugar, dice Karl-Heinz Rummenigge, con la que Beckenbauer sacudió al Bayern a sus 18 años "no encajó en un principio en el fútbol alemán. Esa delicadeza no se conocía aquí. Franz culturizó al mundo del fútbol“. Hasta la llegada de Beckenbauer, recuerda el actual director general, "el fútbol no tenía mucha fama. Franz lo convirtió en algo socialmente aceptable, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. De repente, el fútbol fue visto por la sociedad de una forma distinta“. El director del área deportiva, Hasan Salihamidzic, quien ha conversado mucho con Hoeneß y Rummenigge sobre esta época, le sigue imponiendo esta labor del que considera un pionero: "Franz Beckenbauer fue el primer futbolista moderno. Con razón es el faro de luz del fútbol alemán“.
"El George Clooney del fútbol alemán"
Siempre se decía que Beckenbauer era capaz de todo, aunque lo cierto es que todos los que lo conocen, así lo aseguran, comentan que las llaves de sus éxitos, además de su gran talento, son el trabajo duro, la ambición y la determinación. “Beckenbauer era un perfeccionista“, le describe Franz “Bulle“ Roth. “Todo lo que se proponía quería hacerlo de forma perfecta“. Y para lograrlo, lo dio todo, recibiendo la recompensa, aclaró su antiguo compañero de equipo. “La gente decía: Mira a Franz. ¡Ni siquiera suda y es el mejor!“ Paul Breitner, otro ex compañero de equipo, dice que “esa es solo una parte“. “Lo que muchos no se han dado cuenta es que siempre ha ido por delante. Cuando después de 30 minutos veía que el partido no se desarrollaba como se lo había imaginado, decía Gente, no se puede pasear con la camiseta. Y entonces pasaba de ser la Primadonna a convertirse en un Berserker“. Beckenbauer sabía cómo liderar un equipo, según Breitner: “No solo con bla bla bla ni chocando las manos. Yo solía jugar a menudo y pensaba que era impresionante cómo se metía en los partidos“. Ese fue su regalo, admite el campeón del mundo, con el que consiguió algo extraordinario en la sociedad: “Franz Beckenbauer es el George Clooney del fútbol alemán“.
Beckenbauer, el coleccionista de títulos
Lo que se propuso, lo consiguió: Como jugador, lo ganó todo. Como entrenador, se llevó cada título en el que participó, ya sea con la selección o cuando estuvo en el banquillo del Bayern, incluso siendo presidente y entrenador interino. Oliver Kahn considera hoy en día que ha sido “una suerte y un honor haber podido vivir a este icono también como entrenador“. El hoy miembro de la junta ganó su primer título con el Káiser como entrenador. Juntos, se llevaron la Copa de la UEFA. “Franz la llamó de forma un poco despectiva la copa de los perdedores“, cuenta Kahn. “Pero creo que se alegró a pesar de todo. Entre otros, eliminamos al FC Barcelona. Ese título tiene un gran valor“.
El Bayern aprendió a vivir con los, a veces, comentarios groseros de Beckenbauer, aunque siempre quería motivar con ellos. Absolutamente legendario fue su discurso en el banquete de Lyon a principios de 2001. Giovane Élber aún se ríe cuando recuerda sus comienzo en el Bayern. Al principio no le salieron muchas cosas y Beckenbauer reaccionó: “El brasileño tiene una bota de madera“. Para Élber, un comentario así del presidente fue un shock, pero marcó en el siguiente partido, señaló a su pie y saludó a la grada en dirección a la presidencia. “Después del partido, Franz vino y me dijo que no lo había dicho enserio“, cuenta Élber. “No estaba enfadado con él, lo dijo en un buen sentido. Es el Káiser, el más grande. Cuando se habla de Pelé en Brasil, siempre se hace también de Beckenbauer. Creo que también habría sido un buen brasileño“.
"Sello de calidad del fútbol alemán"
Beckenbauer es una persona que llegó a todo el mundo. “Franz alcanzó algo que no lograron muchos“, dice Kahn. “Su relajación, su autenticidad, no son fingidas. Es así, sencillamente. Es su carácter tan especial“. Rummenigge opina que Beckenbauer es “un sello de calidad del fútbol alemán“. Hoeneß va más allá: “Todo lo que ha vivido el fútbol alemán en los últimos 40 o 50 años, lleva el nombre de Franz Beckenbauer. Todo fue construido sobre él“. En el Bayern, “todos están muy agradecidos de haber podido vivir a una persona así“, explica Salihamidzic. “Franz brilla desde dentro hacia fuera“, lo describe Hainer.
En la galería podéis ver las mejores imágenes de la carrera del Káiser Beckenbauer:
¡Feliz cumpleaños, Franz Beckenbauer!
75 años dando luz. Como jugador, Franz Beckenbauer fue uno de los más grandes del mundo, creció década a década en los diferentes roles que ocupó, maduró como persona. “Franz siempre ha sido Franz“, dice Matthäus, que cuando pequeño le pedía autógrafos y que, de adulto, se convirtió en campeón del mundo con él. “Si construyera una estatua, sería una de Franz Beckenbauer. Es la historia del fútbol alemán. Franz Beckenbauer hace brillar a Alemania“.
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