Hace diez años, unos amigos de Ulan-Bator fundaron un club de fans del FCB. El equipo de fútbol de los seguidores del Bayern jugó por primera vez con éxito en competiciones de aficionados - y ahora ha ascendido a la primera división de Mongolia - y la revista del club del FCB "51" estuvo en el estadio.
Cuando los Bávaros entran en el estadio, el escudo del FC Bayern es omnipresente. Ondea en las banderas de las gradas. En las camisetas de los espectadores. E incluso adorna el pecho de un aficionado que ha inmortalizado los rombos y las estrellas en su cuerpo. En esta mañana de finales de verano, es fácil olvidar que el Allianz Arena está a más de diez horas de avión. Porque incluso al otro lado del mundo, en el estadio de la Federación Mongola de Fútbol, la gente comparte una pasión incondicional por la Roja.
Lo que parece el guión de una película se ha hecho realidad en Ulan-Bator: Un club de aficionados del FC Bayern, fundado por unos viejos amigos estudiantes, ha ascendido -gracias a una buena ración de pasión, sudor y riesgo- a la primera división del país. Allí, el equipo lucha ahora por ganar el campeonato de Mongolia. Y el club sigue llevando con orgullo la admiración por el gran modelo de Alemania en su nombre: "Bavarians FC".
"Nadie habría pensado que llegaríamos tan lejos", afirma Otgonbayar Ulaankhuu. Este hombre de 39 años, al que la mayoría de los aficionados llaman cariñosamente sólo "Ogi", es algo así como el cerebro de esta historia de éxito única en el mundo.
Empezó en Berlín, donde Ogi se trasladó a estudiar poco después de terminar el bachillerato. "Aprendí mucho de los alemanes de aquella época: disciplina y honradez, por ejemplo", dice el mongol. Pero la experiencia más formativa en el extranjero fue probablemente su pasión por el fútbol: por aquel entonces, en el verano de 2006, todo el país se convirtió en una fiesta por el Mundial. Otgonbayar se contagió del virus del fútbol, y la elección de su club favorito fue fácil: "Mehmet Scholl y Michael Ballack estaban entonces en la plantilla del Bayern; eran tipos de verdad, eso fue lo que me atrajo", dice en un alemán fluido.
Duelo contra los Leones
Cuando Ogi regresó a Ulan-Bator, no tardó en fundar el primer club de aficionados del Bayern en Mongolia. También registró oficialmente a los 'Bávaros' en la Säbener Straße. Al principio, se trataba de un puñado de amigos con afinidad por Alemania que se reunían para ver el fútbol juntos y jugar al balón en el campo. Pero pronto los bávaros se convirtieron en una comunidad considerable, con varios cientos de aficionados que se unieron al grupo de Facebook.
Quizá se hubiera quedado en un hobby. Pero Ogi ya soñaba en grande por aquel entonces: inscribió a su club en torneos de aficionados, organizó actos benéficos para huérfanos y, con el tiempo, incluso consiguió patrocinadores. "Todos los aficionados, incluidos los antiguos jugadores de entonces, nos ayudan hasta el día de hoy. Somos una gran familia", afirma Ogi. Y los miembros de la familia bávara son una mezcla variopinta: algunos trabajan como guías turísticos, otros son empresarios, un hincha del Bayern está empleado en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
„Nadie pensó que llegaríamos tan lejos.”
Otgonbayar Ulaankhuu
Con sus esfuerzos combinados, finalmente formaron un equipo que ganó la copa nacional de aficionados en 2020. La recompensa fue una plaza en la tercera liga. De ahí ascendieron a la segunda división, que los Bávaros terminaron en segundo lugar. En un partido de promoción contra los BCH Lions, que comparten el mismo apodo que su rival del Bayern, el 1860 München, de todos los equipos, aseguraron su billete para la primera división nacional Khurkhree en la primavera de 2023, y ahora compiten contra otros nueve equipos por el campeonato.
Los seguidores más fieles de Mongolia
Quizá no sea casualidad que la historia de éxito de los Bávaros tenga lugar en Mongolia. Este país es único en muchos aspectos: sólo viven tres millones y medio de personas en una superficie cuatro veces mayor que la de Alemania.
En Ulán Bator, la tradición convive con la modernidad: edificios de vecindad soviéticos junto a centros comerciales de cristal, templos budistas, supermercados coreanos y cafés de moda se alinean en las calles laterales. La pasión por el fútbol también es omnipresente: los jóvenes juegan en decenas de campos de fútbol todas las tardes hasta que el duro clima les obliga a encerrarse en casa a finales de octubre.
El periodista deportivo Ishig Otgonbaatar asiste esa tarde al visionado público. "La Premier League sigue siendo la más vista, pero luego viene la Bundesliga", afirma este hombre de 47 años. Ishig es un auténtico hincha del Bayern desde principios de los años noventa. "Entonces me gustaba mucho Lothar Matthäus. Ni siquiera Maradona podía marcarle", explica el mongol. Más tarde, convirtió su pasión por el fútbol en una profesión: como reportero deportivo, visitaba regularmente el Allianz Arena y entrevistaba a superestrellas como Arjen Robben y Franck Ribéry.
Con cada gol del Bayern, el ambiente se vuelve más exuberante. Aunque la mayoría de los socios tienen que trabajar a la mañana siguiente, se quedan hasta el final del partido. Como muchos de ellos no se han visto en mucho tiempo, es la primera reunión de aficionados desde la pandemia. Antes de que los Bávaros se despidan en la noche, abrazan al visitante de Alemania: Equipos como el Chelsea, dicen, pueden tener más seguidores en términos de número. Pero los hinchas más fieles de Mongolia son claramente los bávaros.
© Fotos: Ayuna Shagdurova
En el número actual de octubre, la revista "51" para socios del FC Bayern también acompañó a la Elite Cup sub-15:
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