El descanso fue breve. Apenas habían pasado 17 días desde la victoria por 5-1 contra el RB Leipzig en el último encuentro en casa de la Bundesliga en 2024 cuando el FC Bayern ya estaba de vuelta en su primer test del nuevo año: a 170 kilómetros al sureste de Múnich, el FC RB Salzburg, quinto en la Bundesliga austriaca y participante en la Champions League, esperaba al campeón récord alemán. «Sólo tenemos un partido de prueba, lo cual es un poco especial», declaró el director deportivo Christoph Freund: “El descanso no ha sido tan largo, no queremos perder el ritmo y cogerlo para el sábado”. Su equipo lo hizo más que bien en la victoria por 0-6 (0-3). Por momentos, los 26.107 espectadores presentes en el estadio y los numerosos aficionados frente a los televisores - FC Bayern TV PLUS retransmitió el encuentro en directo en exclusiva desde Salzburgo - fueron testigos de una diferencia de nivel, sobre todo en la primera mitad.
Dier está preparado para el Gladbach
El entrenador del FC Bayern, Vincent Kompany, se abstuvo de hacer experimentos y sólo introdujo dos cambios en su equipo con respecto al último partido de la Bundesliga, disputado a finales de diciembre: Thomas Müller entró en el once inicial por Jamal Musiala, enfermo, y Dayot Upamecano fue sustituido por Eric Dier. Y por una buena razón: el internacional francés no estará en el partido del nuevo año en Mönchengladbach, el sábado 11 de enero por la tarde, al haber visto su quinta tarjeta amarilla. Manuel Neuer, João Palhinha, Hiroki Ito, Sacha Boey, Serge Gnabry, Josip Stanišič, Sven Ulreich y Tarek Buchmann tampoco fueron convocados por lesión o enfermedad.
Sin tiempo de adaptación
Sin embargo, el líder de la Bundesliga no necesitó tiempo para ponerse a tono tras las fiestas de Navidad y Año Nuevo en Salzburgo: A los diez minutos, Eric Dier adelantó de cabeza a los visitantes a la salida de un córner en la primera ocasión que tuvo el equipo. El FC Bayern dominó con claridad sobre su rival, que estrenaba entrenador en el banquillo, el ex de Bochum Thomas Letsch. El Bayern presionaba, el Bayern combinaba, el Bayern marcaba el ritmo y la dirección: la posesión del balón era del 74:26%, y hablaba por sí sola.
«Fue positivo para el estado de forma, no tuvimos un descanso largo y no sentimos que el equipo necesitara mucho tiempo al principio para volver a estar bien», declaró un encantado Vincent Kompany. Nils Petersen, comentarista de FC Bayern TV PLUS, también se mostró impresionado: «El espíritu, las ganas y la disposición, todo eso me ha impresionado», admitió el ex jugador del Bayern como comentarista.
Müller siendo Müller
En resumen: el FC Bayern jugó como si nunca hubiera habido un descanso. Así que no fue ninguna sorpresa que Thomas Müller marcara el 0-2 al más puro estilo Müller: después de que el jugador récord recuperara el balón con compromiso, el espectacular Michael Olise asistió a Harry Kane, cuyo disparo cruzado causó enormes problemas al guardameta internacional austriaco Alexander Schlager. Müller remató el balón más allá de la línea de gol (24').
Apenas cinco minutos más tarde, el encuentro ya estaba decidido, cuando Olise vio un pase en la jugada de creación del guardameta Schlager y metió el balón en la portería vacía del Salzburg (29').
Poco que reprochar
«Nos metimos bien en el partido desde el principio», declaró un encantado Konrad Laimer en su antigua casa. «Hemos jugado con confianza los 90 minutos y hemos marcado goles. Podríamos haber hecho algunas cosas un poco mejor».
Sin embargo, en realidad no hubo mucho que criticar del juego dominante de los visitantes hasta ese momento, y las estadísticas hablaban por sí solas: 5:1 disparos, 20 acciones con balón en el área contraria, 8:0 saques de esquina; más dominio es prácticamente imposible. Más tarde, el entrenador local Letsch se mostró lógicamente decepcionado: «Por supuesto, todos esperábamos que las cosas fueran diferentes. El Bayern estaba dos niveles por encima de nosotros en todos los aspectos. El partido demostró de forma contundente que aún nos queda mucho trabajo por hacer. Sin embargo, estamos hablando del Bayern München, un equipo que no sólo tiene la ambición de ser campeón de Alemania, sino también de la Champions League, y que tiene una calidad brutal».
El vendaval ofensivo no se detiene
Y aunque los visitantes muniqueses introdujeron cinco cambios a los 45 minutos, el vendaval ofensivo no decayó: El Bayern volvió a celebrar a los 164 segundos de la reanudación. Tras un pase de Konrad Laimer, Olise batió con una vaselina al suplente Janis Blaswich en la portería local y puso el 0-4. Los once titulares del Salzburg se quedaron en el vestuario.
Liderado ahora por Joshua Kimmich con el brazalete de capitán, el FC Bayern no tuvo piedad de los austriacos: como contra el Leipzig, Kimmich se atrevió con un potente disparo lejano, que de nuevo acabó en la red, pero esta vez fue desviado (0-5/55'). Y cuando el Salzburg logró dar un paso adelante, el FC Bayern tuvo la suerte de que el balón saliera fuera, como en la primera parte, o de que Daniel Peretz reaccionara magníficamente.
A medida que avanzaba el partido, ambos entrenadores siguieron rotando a sus jugadores, lo que hizo que el flujo del juego fuera cada vez más lento y embarullado. Sin embargo, esto no cambió en nada la aplastante superioridad del Bayern; después de todo, el Salzburg dispuso de su primer córner local en el minuto 75, pero no llegó a nada.
Con Max Schmitt bajo los palos, Grayson Dettoni, Jonah Kusi-Asare y Michael Scott, debutaron como profesionales cuatro jugadores que habitualmente militan en el equipo Amateur del Bayern. Kingsley Coman asumió el brazalete de capitán durante los minutos finales, y pudo celebrar el gol definitivo de Jonathan Asp Jensen. El danés, de 18 años, fue el autor del 0-6 definitivo.
«Hemos ganado, eso siempre es positivo. Y no tenemos a nadie lesionado, eso es lo más importante», declaró un satisfecho Vincent Kompany, con la vista puesta en el estreno de 2025 en la Bundesliga: »Ahora tenemos ganas de volver a jugar la Bundesliga».
Aquí puedes encontrar las reacciones de los protagonistas tras el amistoso de Sazlburg:
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