
El Allianz Arena estuvo al rojo vivo desde el principio. La Südkurve animaba a los futbolistas con voz potente, pero el momento más ruidoso de la noche llegó en el minuto 86: el número nueve, de color rojo intenso, se iluminó en el marcador, todo el estadio se puso en pie y Harry Kane abandonó el campo entre aplausos atronadores. Con un hat trick impecable, el delantero centro coronó el festival del FC Bayern contra el RB Leipzigien la segunda mitad.
Kane apareció tres veces por la derecha del área y tres veces envió el balón con precisión al segundo palo. Pero tan impresionante como sus goles fue la forma en la que sus compañeros generaban ocasiones: pases cortos y precisos por el centro, regates rápidos por las bandas, balones verticales en profundidad y centros con efecto a la espalda de la defensa... Lo que el equipo del entrenador Vincent Kompany ofreció a los 75 000 espectadores en el inicio de la nueva temporada de la Bundesliga fue ni más ni menos que un auténtico espectáculo.
La paciencia como clave del éxito
Todo salió a la perfección, y no solo sobre el terreno de juego. El escenario en el norte de Múnich enmarcó a la perfección la fiesta futbolística rojiblanca. El sol del atardecer acababa de ponerse detrás de la tribuna principal cuando un mar de bufandas rojiblancas invadió las gradas. Desde el banquillo hasta la grada superior se podía sentir la emoción cuando el capitán Manuel Neuer y su equipo salieron del túnel de vestuarios. La espera había terminado: a las 20:31, Harry Kane tocó el balón para dar por comenzada la temporada 2025/26 de la Bundesliga.

Michael Olise y compañía se ganaron esa facilidad que caracterizó al juego bávaro en la segunda parte ya en los primeros 45 minutos. Dominando el juego, con paciencia y perseverancia, buscaron huecos en la defensa del Leipzig, variaron el ritmo y avanzaron paso a paso hacia el área rival. El Leipzig cerró los espacios, el último pase fue a menudo un poco impreciso, pero aún así quedó claro que el Bayern contaba con paciencia y capacidad de resistencia.
«Nos mantuvimos muy tranquilos», dijo Kompany sobre el inicio de su equipo. Cuando Konrad Laimer tuvo el gol en sus botas tras un buen pase de Kane, el portero del RB, Péter Gulácsi, atajó el disparo con brillantez, y pareció que se había roto el hechizo. La primera gran ocasión sirvió para desbloquear el partido. De repente, el Bayern subió una, dos, tres marchas y empezó a crear una ocasión tras otra. El remate de Serge Gnabry fue bloqueado en el último momento (16'), y Gulácsi detuvo el disparo de Olise (18').
La receta del éxito: rápido y sin complicaciones
El partido se convirtió en un monólogo, sobre todo porque el conjunto muniqués desactivó cualquier intento del Leipzig de contraatacar, con una presión agresiva que volvió a ser excelente. En los duelos, los bávaros se mostraron sólidos, muy atentos y sin concesiones. «Los chicos han trabajado como si aún no hubieran ganado nada», elogió Kompany. «Si seguimos así, ganaremos muchos partidos».
A más tardar con el remate directo de Kane, que el delantero envió por encima del larguero tras un pase en profundidad de Kimmich a la espalda de la defensa (25'), el primer gol estaba al caer. Y llegó solo dos minutos después, como resultado de una bonita combinación muniquesa. El balón circuló rápido y sin complicaciones entre Josip Stanišić,, Gnabry y Leon Goretzkaa por el centro, antes de que Olise se hicieron con el esférico y lo enviara con fuerza y precisión al fondo de las mallas (27').
Los laterales Stanišić y Konrad Laimer se incorporaban una y otra vez al ataque, sobrecargando el centro y creando espacios, como en el 2-0: Kane pasó el balón a Gnabry en el borde del área, quien se lo cedió a Luis Díaz con un toconazo. Desde doce metros, el colombiano envió el balón sin contemplaciones por debajo del larguero (32'). No solo por el gol, fue un debut perfecto en la Bundesliga para nuestro nuevo número 14: Díaz convenció tanto por su empuje hacia la portería contraria como por su indomable voluntad en el trabajo sin balón.
Las cualidades de Kane como creador de juego y goleador
Poco antes del descanso, Gnabry regateó con velocidad por el centro del campo del Leipzig, engañó a sus rivales con una finta y pasó el balón a Olise, que lo envió con fuerza ajustado al palo izquierdo (42'). Díaz y Olise, dos habilidosos regateadores, demostraron que también saben ser agresivos.

Tras el descanso, el Bayern arrolló al Leipzig como un tren expreso. El balón circulaba el balón con pases directos, rápidos y sin concesiones por el centro, cada pase era certero, cada carrera impulsaba el juego. Kane marcó la pauta con sus goles en el minuto 64 y más tarde, con el apoyo de Díaz y Minjae Kim: cada ataque fue preciso, cada remate más impresionante que el anterior. «Probablemente podría haber marcado algún gol más», dijo Kompany sobre su delantero. Pero Kane no solo convenció como goleador, sino también como creador de juego, distribuyendo balones a las bandas y trabajando en la primera línea de presión.
Joshua Kimmich, una vez más muy activo en la construcción del juego muniquesa, también elogió el espíritu de equipo de Kane: «Está contento cuando da un pase o ayuda en la construcción del juego. Nos ayuda muchísimo como equipo». Muchas palabras positivas en una noche en la que los bávaros confirmaron de manera impresionante las buenas sensaciones de la pretemporada. «Hoy todo ha salido bien, pero aún nos quedan muchos partidos por delante y necesitamos a todos y cada uno de los jugadores», dijo Kompany, mirando hacia las próximas tareas que tiene el equipo por delante. Kimmich también reconoció una diferencia con respecto a las pretemporadas anteriores: «Da la sensación de que hemos empezado con una cierta base. Aunque no hemos tenido una pretemporada larga, se nota que tenemos automatismos».
Los aficionados también hicieron todo lo posible para que estas jugadas funcionaran y se pudiera ver en el campo esa voluntad incondicional de ganar. Una impresionante simbiosis entre la pasión en las gradas y la precisión en el césped marcó el inicio de la Bundesliga desde el punto de vista del FC Bayern. «Un 6-0 es toda una declaración de intenciones», reconoció Kimmich el rendimiento de su equipo y, al mismo tiempo, puso la mirada en el duelo de Copa en Wiesbaden: «Lo bueno, pero también lo difícil del fútbol, es que hay que confirmarlo cada tres días. El miércoles volveremos a empezar con 0-0».
Aquí puedes leer todas las declaraciones sobre el partido inaugural de la Bundesliga contra el Leipzig
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