
El miércoles por la mañana, a las 9:30, sonó como de costumbre el timbre que anunciaba el primer recreo en la Escuela Primaria de la Fromundstraße, situada en la Wettersteinplatz de Múnich. Los niños salieron de sus aulas como cada día, pero esa mañana su camino no les llevó al patio, sino al gimnasio. Allí les esperaba una sorpresa muy especial.
Y es que ese día fueron recibidos en el gimnasio por entrenadores del Sporting Clube de Portugal y del FC Bayern München, que, en colaboración con el socio buntkicktgut, habían preparado una mañana muy especial para los alumnos. Buntkicktgut, socio de larga trayectoria del FC Bayern, es una liga intercultural de fútbol callejero que ofrece a niños y jóvenes de distintos orígenes una plataforma estable y organizada para el deporte, el encuentro y el aprendizaje social. Nacido del trabajo con jóvenes refugiados, el proyecto fomenta hasta hoy la equidad, la participación y el entendimiento mutuo, y está considerado en toda Alemania como un modelo único de integración real y vivida.

Se repartieron camisetas de ambos equipos y, en cuestión de minutos, el gimnasio se tiñó con los colores de los dos clubes. A continuación, los entrenadores de ambas entidades dirigieron una sesión de entrenamiento conjunta: los niños regatearon, pasaron, rieron y practicaron nuevos trucos que les enseñaban los técnicos. Para cerrar la jornada, se celebró un “mini día de partido”, con un Equipo Bayern frente a un Equipo Sporting, en el que también participaron los entrenadores. La visita de los dos exjugadores del FC Bayern, Diego Contento y Bernd Dreher, acaparó una atención especial. Ambos se implicaron activamente en el entrenamiento y respondieron a las preguntas de los curiosos alumnos sobre su etapa como profesionales.
Aunque el FC Bayern había ganado el partido en la Allianz Arena por 3-1, esa mañana de miércoles eso no tuvo ninguna importancia. El compromiso conjunto de los clubes apuntaba a algo distinto: ofrecer a los niños una experiencia futbolística directa y fomentar el intercambio social más allá de las fronteras de los clubes. Así, una pausa escolar cualquiera se convirtió en un ejemplo de cómo el deporte puede tender puentes, incluso en un día laborable normal en una escuela primaria de Múnich.
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