
Primer título en el primer partido oficial de la temporada, amistosos convincentes en una pretemporada corta y un equipo hambriento de éxitos, en sintonía con su cuerpo técnico. Tras el triunfo en la Supercopa Franz Beckenbauer ante el VfB Stuttgart, fcbayern.com celebra el gran estado de forma con el que arranca el Bayern y destaca seis claves que invitan a soñar con una temporada 2025 ilusionante:
1. El nivel del guardameta
Manuel Neuer volvió a demostrar por qué, incluso con 39 años, sigue siendo uno de los mejores porteros del mundo. En su undécima participación en la Supercopa, el cinco veces elegido mejor portero del mundo marcó la diferencia en momentos clave. «Está en una forma realmente, realmente buena. Hoy volvió a quedar claro que es un jugador extraordinario», destacó el director deportivo Christoph Freund, quien no dudó en elogiar al capitán: «No en vano ha sido el mejor portero del mundo durante años y ahora mismo está en un momento fantástico».
Ya fuera por sus paradas decisivas en momentos de máxima tensión o por la intervención clave ante Jamie Leweling justo antes del 2-0, Neuer lo hizo todo con serenidad, inteligencia táctica, colocación impecable y reflejos asombrosos. Su actuación no solo blindó al equipo en defensa, transmitiendo seguridad constante a sus compañeros, sino que también fue la base sobre la que se construyó el 2-1 final. Y además, con el balón en los pies, volvió a ser clave en la salida de juego.

2. Estabilidad defensiva
La zaga central del FC Bayern transmite una sensación de armonía cada vez mayor. Dayot Upamecano ha dejado atrás cualquier atisbo de inseguridad y, junto al experimentado Jonathan Tah, forman una pareja cada vez más compenetrada y agresiva. Su actuación conjunta ante un rival incómodo como Nick Woltemade evidenció que su entendimiento sigue creciendo. Con una colocación precisa, capacidad para anticipar los movimientos rivales y firmeza en los duelos, dificultaron al máximo que el Stuttgart generara ataques peligrosos. Esta solidez defensiva ha dado al Bayern una gran seguridad en este arranque y le permite construir el juego con claridad desde atrás. A su alrededor, el sistema se completa con el incansable trabajo de Konrad Laimer en la medular y la sobriedad eficaz de Josip Stanišić como lateral. Una línea defensiva fiable, trabajada y que ya da señales de madurez.

3. Un pressing perfeccionado
Desde los primeros minutos de la final quedó claro que el FC Bayern no deja nada al azar: la línea ofensiva salió a presionar con una agresividad medida y perfectamente coordinada, también en Stuttgart, arrastrando hacia delante al resto del equipo con valentía. En cada inicio de jugada, los bávaros empujaron al rival hacia su propio campo, ejercieron una presión asfixiante y provocaron múltiples pérdidas en zonas comprometidas, gracias a una ocupación milimétrica de las líneas de pase. Ese pressing alto y constante no dio respiro al VfB y fue el origen de varios ataques peligrosos del Bayern durante la Supercopa. Fue, además, una declaración de intenciones: este Bayern de Kompany quiere dominar todas las fases del juego, desde el primer segundo.
4. Transiciones ofensivas letales
El paso de la defensa al ataque funciona como un engranaje bien afinado. Joshua Kimmich, acompañado por Aleksandar Pavlović o Leon Goretzka, actúa como un director de orquesta imperturbable en el centro del campo: siempre seguro con el balón y con una gran intuición para filtrar el pase justo en el momento oportuno. Ya sea con cambios de orientación o aceleraciones precisas, Kimmich sabe cuándo agitar el ritmo… o cuándo pausarlo. De ahí nacen oleadas ofensivas que rompen líneas, como se vio ante el Stuttgart, donde no solo las individualidades marcan la diferencia. Michael Olise, por ejemplo, no solo genera peligro con sus acciones personales, sino que también asiste, como con ese envío aéreo al área para Harry Kane en el 0-1. O Serge Gnabrys, cuyo pase milimétrico fue el inicio del 0-2.
El nuevo fichaje colombiano, Luis Díaz, ha empezado a integrarse a la perfección en la dinámica ofensiva del equipo. Con su velocidad, técnica y resistencia, rompe defensas, provoca faltas peligrosas y genera ocasiones claras. Ante el Stuttgart llegó por fin su primer gol como jugador del Bayern.
Y arriba, Harry Kane espera con paciencia sus oportunidades… para definir con sangre fría, como en el primer tanto del encuentro. Este desequilibrio estructurado en la transición defensa-ataque refleja la riqueza táctica y el poder ofensivo del Bayern. Solo queda afinar la puntería.

5. Calidad desde el banquillo
La riqueza del FC Bayern no se limita al once titular. Ya en los amistosos se hizo evidente que también desde el banquillo hay calidad, energía y compromiso. Jugadores como Tom Bischof, Minjae Kim o el polivalente Raphaël Guerreiro, junto a jóvenes talentos como Lennart Karl y Jonah Kusi-Asare, aportaron frescura e intensidad cuando el físico empezaba a pesar. Con actitud, inteligencia táctica y ritmo, estos jugadores son capaces de cerrar espacios, generar presión adicional y mantener el control del juego. Esta profundidad en la plantilla permite al Bayern responder con garantías en cualquier fase del partido y en todo tipo de contextos. Y lo más alentador es que aún quedan piezas importantes por volver: Hiroki Ito, Alphonso Davies y Jamal Musiala están en camino. La competencia interna y el fondo de armario están garantizados.

6. El cuerpo técnico
Por último, pero no menos importante, el equipo técnico liderado por Vincent Kompany ha demostrado ser un pilar de calma y visión estratégica. En momentos donde puede haber ruido o tensión alrededor del club, el entrenador y su staff aportan orden, estructura y mensajes claros. Con una preparación minuciosa, un fuerte sentido de grupo y la capacidad de mantener la cabeza fría incluso en situaciones críticas, han creado un entorno profesional y enfocado, donde cada jugador puede rendir al máximo. Esta sintonía entre el banquillo y el vestuario es una de las claves de este inicio esperanzador. Una armonía que encaja a la perfección con el espíritu de esta competición que ahora lleva el nombre de una leyenda: «La Supercopa Franz Beckenbauer siempre será algo especial para el Bayern», tal como subrayó el propio Kompany.

En conjunto, el impresionante triunfo del FC Bayern ante el VfB Stuttgart en la Supercopa Franz Beckenbauer demuestra que el éxito nace de muchos factores: desde la actuación sobresaliente en la portería, una defensa bien organizada y transiciones ofensivas potentes, hasta la profundidad del banquillo y un cuerpo técnico que lidera con calma y visión estratégica. A medida que avance la temporada, todos estos aspectos irán creciendo aún más, los jugadores clave que hoy están lesionados volverán… y este Bayern será todavía más fuerte. Quizá por eso, con el tiempo, esta Supercopa no se recuerde solo como un título más, sino como el inicio de una temporada especial.
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