145 goles para el FC Bayern y uno de ellos lo convirtió en una leyenda del club. Con motivo de su 70 cumpleaños, estuvimos charlando con el atacante sobre la legendaria final del 82, leyendas y botellas de champagne.
La entrevista a Dieter Hoeneß
Oliver Kahn y sus tres penaltis atajados en la final de la Champions League de Milán 2001, el tanto de Arjen Robben en Wembley 2013, Bastian Schweinsteiger y su corte en la final del Mundial 2014, usted y la final copera de 1982: los grandes futbolistas suelen ser recordados con alguna acción icónica. ¿Qué opina al respecto?
"Sientes orgullo por haber dejado algun tipo de huella. Aunque creo que la creación de una leyenda es a veces algo exagerado, en aquel momento me concentraba en mi trabajo y también en aquel partido, como en todos, quería dar el máximo. Pero por supuesto que es bonito ver a jóvenes que, en aquel momento no estaban ni planeados, sigan hablando de aquello".
El turbante le convirtió en icono. ¿Los héroes no sienten dolor?
"(se ríe) Uno está lleno de adrenalina en un partido así, realmente no sientes nada de dolor. No era un partido cualquiera, era la final de copa. Hasta mi choque, íbamos perdiendo 0-2. Como deportista profesional, en ese momento eres capaz de despejar la mente. Fui reconocido minuciosamente por el doctor Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt: prueba de vista, etc., hasta que vieron que no sufría una contusión cranoencefálica, no me dejaron seguir jugando. Si hubiéramos ido ganando 3-0, quizá me hubiera quedado en el vestuario en el descanso. Sin embargo, me cosieron la cabeza en el descanso, dolía, eso lo recuerdo bien, ‘Mull‘ era un genio de la medicina, aunque no disponía de mucho tiempo. Hoy te grapan rápido. El gran problema era el sangrado. En la segunda parte mejoró. Nada lo paraba, de ahí el famoso turbante …“.
… y luego gol de cabeza pese al turbante... ¿sin dudarlo?
"Como futbolista aprietas los dientes cuando debes hacerlo. Y en mi caso no me mareé ni perdí el sentido como p.ej Christoph Kramer, quien preguntó al colegiado en 2014 si era la final del mundial. Durante mi carrera controlaba con pruebas mi cerebro. De lo contrario el precio hubiera sido demasiado alto“.
Usted está unido ya de por vida al FC Bayern y su historia …
"(sonríe) ¡Suena muy bonito! Estoy orgulloso por ser parte de la historia del FC Bayern, marqué un par de goles más, en la Copa de Europa p.ej, uno importante, el Bayern ha marcado mi vida. Esos ochos años fueron magníficos, para mí quedan muchas experiencias personales enriquecedoras".
Si piensa en la historia del fútbol, ¿qué momentos icónicos destacaría para la eternidad?
"El segundo partido de la final de la Copa de Campeones de Europa del FC Bayern contra el Atlético de Madrid en 1974. En el primer partido estaba en el estadio viendo como Katsche Schwarzenbeck hizo el gol del empate en el 120. El segundo solo pude verlo en la televisión. Lo que hicieron Gerd Müller y mi hermano Uli aquella noche, inolvidable: ambos marcaron dos golazos, en ese partido, ambos hicieron historia“.
En febrero de 1984 marcó 5 goles en 21 minutos contra el Braunschweig, curiosamente con un vendaje, en esta ocasión en el muslo izquierdo.
"En ese partido realmente quería que me cambiaran en el descanso. Tras una golpe, sentía un dolor muy intenso en el muslo. Pero solo ganábamos 1-0 gracias a un tanto de Karl-Heinz Rummenigge. ‘Debes continuar‘, me dijo Uli, que entonces era ya manager. No podía prácticamente caminar, pero ‘Mull‘ hizo magia (se ríe). En la segunda los balones me cayeron al pie, siendo sincero, como delantero hay partidos en los que no puedes salir del campo. Fue un récord duradero hasta que Robert Lewandowski en 2015 hizo 5 goles contra el Wolfsburgo en 9 minutos".
¿De dónde le viene esa resistencia? ¿De sus duelos cuando niño contra su hermano Uli?
"Aunque es verdad que teníamos muchos piques, no tiene nada que ver con Uli. Nos criaron así, teníamos que trabajar duro para conseguir las cosas. Así lo vivieron nuestros padres en la carnicería. Pero naturalmente, si tienes un hermano igual de ambicioso que tú, pues tienes que imponerte. Relativamente pronto tenía su misma estatura. Por aquel entonces jugaba bajo palos, pero en un partido en la segunda parte me pusieron de delantero y nunca más regresé a la portería. Me ponía nervioso ir perdiendo 1-0 y no poder hacer nada más que evitar que aumentara tu desventaja. Quería tener más influencia en el juego y en el resultado".
Siempre quedará también para el recuerdo el hecho de ser el primer fichaje de su hermano Uli como directivo del FC Bayern.
"En líneas generales es así. El expresidente Wilhelm Neudecker me confesó años más tardes durante una fiesta de cumpleaños, que en verdad Uli nunca solicitó mi fichaje. Me alegra mucho que al final saliera todo bien y que Uli se convirtiera en la gran figura del FC Bayern que es".
Con su potente juego aéreo, seguro que muchos clubes ingleses se fijaron en Usted. ¿Llegaron ofertas?
"Sé que tras ganar al Nottingham Forest 5-1 en un amistoso disputado en el Olympiastadion, en el que marqué 3 tantos, llegaron algunas ofertas de clubes ingleses. También desde Italia, Jupp Heynckes quiso ficharme para el Gladbach, pero para mí en aquel momento solo existía el FC Bayern. Me sentía fantástico en Múnich. Debíamos luchar muy duro para lograr los títulos, los campeonatos se decidían por uno o dos puntos. Fue una época magnífica. Inolvidable fue la temporada 86, en la que nos jugamos el título con el Bremen: al final descorchamos muchas botellas de champagne".
¿Qué le pide al 2023?
"Salud, sobre todo en el entorno familiar, es lo más importante. Y me gustaría mantener mi optimismo. En la época actual hay muchas nubes oscuras: la pandemia, la guerra en Ucrania, la crísis energética, etc., creo que hay que intentar buscar soluciones en base a las opciones de cada uno. Soy un tipo que ve siempre el vaso medio lleno. Creo que así puedes conseguir más. Cuando veo a mis hijos y nietos, soy feliz y creo que aún puedo aportarles mucho más".
Puede encontrar la entrevista completa en la nueva entrega del FC Bayern Magazin "51“.
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